-Tras 10 años de guerra e igual descontrol- |
-Washington. La participación del
presidente estadounidense, Barack Obama, en la cumbre de la Alianza
Atlántica en Chicago puso de manifiesto un cambio sustancial en los
planes de la Casa Blanca: del ideal de una democracia estable en
Afganistán a una salida rápida que permita, simplemente, al ejército
nacional apuntalar al gobierno de Hamid Karzai. Estados Unidos rebajó
notablemente sus aspiraciones en aquel frente de guerra frente a la
irreductibilidad de los insurgentes, la debilidad del gobierno de Kabul y
la creciente amenaza de la inestabilidad en Pakistán.
Obama llegó el domingo a la cumbre que culminó ayer con un objetivo: anunciar el final de las operaciones de combate en 2013 y pedirle a Karzai que las fuerzas armadas bajo su mando estén listas para tomar el relevo cuando la Otan se retire definitivamente, en 2014. Supone un notable contraste con grandilocuentes promesas de George W. Bush, que inició la guerra en 2001 en respuesta a los ataques a Washington y Nueva York.
En Kabul rige un presidente, Hamid Karzai, elegido y apoyado por Bush que, con el cambio de gobierno en Washington, resultaría un aliado incómodo para Obama, por sus desplantes a Estados Unidos. Un año después de tomar posesión, Obama vio cómo amenazaba con unirse a los talibanes, cómo se negaba a perseguir con más dureza el tráfico de opio en el país, cómo permitía una corrupción rampante y cómo acusaba a Washington de manipular las elecciones presidenciales de 2009.
El presidente de Estados Unidos debía decidir entonces sobre el refuerzo que le exigía la cúpula militar. Era una estrategia que había funcionado en Irak y que se llevaba planificando en el Pentágono hacía meses, si no años. Finalmente, Obama decidió ordenar el despliegue de 30 mil soldados adicionales, pero, según dijo a generales, con una condición: que le presentaran propuestas de una retirada acelerada, que debería comenzar durante su primer mandato.
Diferencias con Irak. La cúpula militar presentó planes de retirada con largos plazos que no satisficieron al presidente. Éste buscaba un camino similar al de Irak, donde el refuerzo militar de 2007 llevó a una retirada completa en diciembre de 2011. Dos sucesivos generales al mando de las tropas de la Otan, Stanley McChrystal –quien dimitió en 2010 tras criticar a Obama en la revista Rolling Stone – y David Petraeus, dijeron que el caso de Irak era radicalmente distinto al de Afganistán.
Diez años de guerra no han logrado otorgarle el control del país al gobierno de Kabul. Los talibanes son fuertes en las provincias de Helmand y Kandahar, al sur. Ahí tienen, además, su propio sistema de escuelas, juzgados y centros de atención médica. Y la red Haqqani hace y deshace a su voluntad en las provincias fronterizas con Pakistán. Obama no interpretó esas carencias como prueba de que era necesario prorrogar la misión bélica, sino como la constatación de que sería imposible establecer una democracia de tipo occidental en ese país.
La otra gran razón que llevó a Obama a buscar una salida acelerada de Afganistán fue Pakistán, cuyo gobierno fue un aliado nominal de Washington en los años de Bush, pero en el cual los servicios de Inteligencia y facciones del ejército colaboraban subrepticiamente con los insurgentes y Al Qaeda.
Muchos de los ataques contra las tropas de la Otan se planificaban y perpetraban de hecho desde Pakistán, refugio seguro para muchos talibanes. Allí se alojaría, además, Osama Bin Laden durante una década. Según colaboradores, el presidente llegó a la conclusión de que, más peligroso que un Afganistán sin un gobierno fuerte y democrático, era un Pakistán con armas nucleares e inestable. Y para hacer frente a eso, de poco le servía a Estados Unidos la misión en Afganistán.
“Final responsable”
Hoja de ruta. Barack Obama afirmó ayer que en la cumbre de la Otan que concluyó ayer en Chicago se acordó una clara hoja de ruta para poner fin a la guerra en Afganistán en 2014 de un modo “responsable”.
¿Unidos? “Estamos unidos detrás de un plan para cerrar de forma responsable la guerra en Afganistán”, dijo el mandatario.
-INVESTIGACION-EDICION:ALBERTO COSTACURTA GROSSETTI Y CORRESPONSALES DE FILEALIEN-
http://filealien-46.blogspot.com
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Correo de contacto: arnold462009@hotmail.com-Twittear
Obama llegó el domingo a la cumbre que culminó ayer con un objetivo: anunciar el final de las operaciones de combate en 2013 y pedirle a Karzai que las fuerzas armadas bajo su mando estén listas para tomar el relevo cuando la Otan se retire definitivamente, en 2014. Supone un notable contraste con grandilocuentes promesas de George W. Bush, que inició la guerra en 2001 en respuesta a los ataques a Washington y Nueva York.
En Kabul rige un presidente, Hamid Karzai, elegido y apoyado por Bush que, con el cambio de gobierno en Washington, resultaría un aliado incómodo para Obama, por sus desplantes a Estados Unidos. Un año después de tomar posesión, Obama vio cómo amenazaba con unirse a los talibanes, cómo se negaba a perseguir con más dureza el tráfico de opio en el país, cómo permitía una corrupción rampante y cómo acusaba a Washington de manipular las elecciones presidenciales de 2009.
El presidente de Estados Unidos debía decidir entonces sobre el refuerzo que le exigía la cúpula militar. Era una estrategia que había funcionado en Irak y que se llevaba planificando en el Pentágono hacía meses, si no años. Finalmente, Obama decidió ordenar el despliegue de 30 mil soldados adicionales, pero, según dijo a generales, con una condición: que le presentaran propuestas de una retirada acelerada, que debería comenzar durante su primer mandato.
Diferencias con Irak. La cúpula militar presentó planes de retirada con largos plazos que no satisficieron al presidente. Éste buscaba un camino similar al de Irak, donde el refuerzo militar de 2007 llevó a una retirada completa en diciembre de 2011. Dos sucesivos generales al mando de las tropas de la Otan, Stanley McChrystal –quien dimitió en 2010 tras criticar a Obama en la revista Rolling Stone – y David Petraeus, dijeron que el caso de Irak era radicalmente distinto al de Afganistán.
Diez años de guerra no han logrado otorgarle el control del país al gobierno de Kabul. Los talibanes son fuertes en las provincias de Helmand y Kandahar, al sur. Ahí tienen, además, su propio sistema de escuelas, juzgados y centros de atención médica. Y la red Haqqani hace y deshace a su voluntad en las provincias fronterizas con Pakistán. Obama no interpretó esas carencias como prueba de que era necesario prorrogar la misión bélica, sino como la constatación de que sería imposible establecer una democracia de tipo occidental en ese país.
La otra gran razón que llevó a Obama a buscar una salida acelerada de Afganistán fue Pakistán, cuyo gobierno fue un aliado nominal de Washington en los años de Bush, pero en el cual los servicios de Inteligencia y facciones del ejército colaboraban subrepticiamente con los insurgentes y Al Qaeda.
Muchos de los ataques contra las tropas de la Otan se planificaban y perpetraban de hecho desde Pakistán, refugio seguro para muchos talibanes. Allí se alojaría, además, Osama Bin Laden durante una década. Según colaboradores, el presidente llegó a la conclusión de que, más peligroso que un Afganistán sin un gobierno fuerte y democrático, era un Pakistán con armas nucleares e inestable. Y para hacer frente a eso, de poco le servía a Estados Unidos la misión en Afganistán.
“Final responsable”
Hoja de ruta. Barack Obama afirmó ayer que en la cumbre de la Otan que concluyó ayer en Chicago se acordó una clara hoja de ruta para poner fin a la guerra en Afganistán en 2014 de un modo “responsable”.
¿Unidos? “Estamos unidos detrás de un plan para cerrar de forma responsable la guerra en Afganistán”, dijo el mandatario.
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