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-Argentina-Marzo/18/2013-
-Cuando hablamos de viajes tripulados a la Luna siempre pensamos en los
astronautas del Apolo. Entre 1968 y 1972, dos docenas de seres humanos
viajaron a nuestro satélite. Doce de ellos incluso lo pisaron. Sin
embargo, no fueron los únicos seres vivos en visitar la Luna. Ni
siquiera los primeros. Ese honor le corresponde a las tortugas
soviéticas del programa Zond/L1. Nada más y nada menos que seis tortugas
volaron alrededor de la Luna y regresaron sanas y salvas a la Tierra.
Las primeras astronautas en viajar a la Luna y volver vivas (RKK Energía).
A finales de 1968 la carrera por la Luna se hallaba en su punto álgido. El programa lunar soviético de alunizaje
N1-L3 se encontraba muy por detrás del Apolo estadounidense, pero sin embargo el proyecto de sobrevuelo
L1
estaba a punto de poder enviar un cosmonauta alrededor de la Luna. Por
su parte, los norteamericanos continuaban recuperándose del desastre del
Apolo 1. Si la misión Apolo 7 era un éxito, habían decidido enviar el
Apolo 8 a la Luna con tres astronautas en una arriesgada misión
destinada a frustrar un posible intento tripulado soviético.
El programa L1 era una extraña amalgama de equipos resultado de las
intrigas de las distintas oficinas de diseño de la URSS. En principio,
el Ingeniero Jefe Serguéi Koroliov y su oficina OKB-1 habían ideado un
plan de sobrevuelo lunar usando naves Soyuz (por entonces denominadas
Séver) y múltiples lanzamientos del cohete R-7. Este plan sería
descartado en favor del propuesto por Vladímir Cheloméi, el jefe de la
OKB-52 y niño mimado de Jruschov. Cheloméi propuso lanzar la nave LK-1
de cosecha propia usando su nuevo y potente cohete UR-500,
posteriormente conocido como Protón. Tras la caída en desgracia de
Jruschov en 1965, Koroliov maniobró para volver a tomar el control del
programa de sobrevuelo, pero no consiguió eliminar a la OKB-52
completamente.
Nave lunar LK-1 de Cheloméi.
El resultado es que el programa L1 sería un híbrido, empleando una nave
Soyuz modificada (7K-L1) y una etapa superior Blok-D de la OKB-1 junto
con un cohete UR-500 de la OKB-52. La muerte de Koroliov en enero de
1966 dejó huérfano al programa lunar soviético, tanto al N1-L3 como al
L1. Su sucesor Vasili Mishin se vio incapaz de convencer a las
autoridades para que apostasen decididamente por las misiones lunares y
destinasen el dinero necesario.
Programa de sobrevuelo lunar L1 (Paco Arnau).
Antes de enviar un cosmonauta alrededor de la Luna, la nave 7K-L1
(11F91) debía demostrar que era capaz de navegar de forma autónoma y
regresar a la atmósfera terrestre a unos 11 km/s, realizando una
complicada maniobra de doble reentrada. La 7K-L1 era una versión de la
nave Soyuz sin módulo orbital con una masa de 5375 kg. Tenía capacidad
para dos cosmonautas en vez de los tres de la Soyuz de serie y como
curiosidad incluía el primer ordenador soviético en viajar a bordo de un
vehículo espacial, el Argon 11, con 4K de memoria ROM. Al principio,
Mishin esperaba realizar una misión de sobrevuelo lunar en 1967,
coincidiendo con el 50º aniversario de la revolución bolchevique.
La Tierra desde la Luna vista por la Zond 7.
Pero no pudo ser. Los problemas en el desarrollo del programa y la
tragedia de la Soyuz 1 impidieron que la 7K-L1 tuviese un nacimiento
fácil. Entre marzo de 1967 y julio de 1968 se lanzaron siete naves
7K-L1, pero sólo tres alcanzaron el espacio. Una de ellas fue la Zond 4,
que logró viajar alrededor de la Luna, pero se desintegró durante la
reentrada al activarse el sistema de autodestrucción por miedo de que
pudiese caer en suelo enemigo. El nombre Zond fue elegido por las
autoridades soviéticas para intentar ocultar la verdadera naturaleza de
las naves 7K-L1, intentando así que estas misiones lunares se
confundieran con las sondas planetarias no tripuladas 3MV.
Misiones lunares soviéticas relacionadas con el programa tripulado (Paco Arnau/Daniel Marín).
Mucho dependía de la siguiente misión, la Zond 5 (7K-L1 nº 9). Para
comprobar que el medio cislunar no constituía un peligro para los seres
vivos, se decidió incluir una carga biológica de lo más variada dentro
de la cápsula (SA). La nave llevaba varios escarabajos, moscas
drosofila, plantas del género Tradescantia, semillas de trigo y pino,
algas unicelulares Chlorella, así como varios cultivos celulares. Pero
las protagonistas del viaje serían dos tortugas de la especie testudo
horsfieldi, también conocida como tortuga rusa. Los científicos
soviéticos eligieron estos animales por su bajo consumo de oxígeno y
porque su capacidad para sobrevivir varios días sin alimentos. De hecho,
la pareja de tortugas fue introducida doce días antes del vuelo y no
recibieron comida durante la misión.
Cohete UR-500K con una 7K-L1.
La Zond 5 despegó desde Baikonur rumbo a la Luna el 15 de septiembre de
1968. Su viaje fue bastante accidentado, ya que el sensor para localizar
la Tierra había sido montado incorrectamente y no funcionó. Como
tampoco lo hicieron los sensores estelares, cuya óptica resultó
bloqueada por el material aislante térmico de la nave. Por si fuera
poco, el sistema de orientación de reserva fue accidentalmente
desconectado. Pese a todo, el control de la misión logró dirigir la nave
usando los sensores solares. Como resultado, la Zond 5 realizó dos
maniobras para corregir su trayectoria y el 18 de septiembre pasó a 1950
kilómetros de la superficie de la cara oculta de la Luna. El 21 de
septiembre reentró en la atmósfera terrestre, pero los sensores
defectuosos impidieron que realizase la maniobra para aterrizar en
territorio soviético, por lo que la nave realizó una reentrada balística
sobre el océano Índico. Las pobres tortugas tuvieron que sufrir un
descenso movidito de seis minutos, con picos de aceleración de 16 G.
Mientras, en el exterior el escudo térmico alcanzaba los 1300º C.
Esquema de la doble reentrada de la Zond/L1.
La cápsula Zond 5 cayó en el mar, donde sería recogida por el buque
Borovichi de la Academia de CIencias de la URSS. La maniobra fue seguida
de cerca por los EEUU, ya que el destructor USS McMorris de la armada
estadounidense supervisó el rescate a escasa distancia. La leyenda
cuenta que los marinos del Borovichi se asustaron al escuchar ruidos
dentro de la cápsula. Pensaron que quizás podría tratarse de un sistema
de autodestrucción -aunque la Zond 5 no iba equipada con uno-. En
realidad se trataba de ruidos provocados por los movimientos de nuestras
amigas las tortugas espaciales, que se habían convertido oficialmente
en los primeros seres vivos en viajar a la Luna y volver con vida. La
cápsula de 2046 kg fue almacenada en un contenedor y sería trasladada a
otro buque, el Vasili Golovnin, que la transportó hasta Bombay. De allí
volaría hasta Moscú el 3 de octubre en un Antonov An-12.
La cápsula Zond 5 en el océano Índico (Novosti Kosmonavtiki).
Las tortugas fueron extraídas de la cápsula en las instalaciones de la
OKB-1 (TsKBEM) de Moscú. Los científicos analizaron el estado de los
reptiles, que parecía normal a pesar de haber perdido un 10% del peso
que tenían antes del vuelo. En cualquier caso, algunos informes apuntan a
que una de las tortugas perdió un ojo, quizás durante la violenta
reentrada. Los dos animales se mostraron muy activos y con mucho apetito
-normal, después de tantos días sin comer-. Los análisis de sangre no
mostraron ninguna diferencia con las tortugas de control que habían
permanecido en la Tierra, pero lamentablemente para nuestras heroinas,
tras finalizar los análisis pertinentes serían sacrificadas con el fin
de realizarles una autopsia en profundidad.
Las tortugas de la Zond 5 tras su regreso a la Tierra (RKK Energía).
Las tortugas de la Zond 5 no serían las últimas en ir al espacio. La
Zond 6 también llevó una carga biológica con varios animales que
viajaron alrededor de la Luna, aunque desgraciadamente murieron tras
despresurizarse y estrellarse la cápsula durante el regreso. Por su
parte, la Zond 7 (7K-L1 nº 11) llevó cuatro tortugas que visitaron la
Luna y regresaron vivas a la Tierra. Al igual que sus hermanas de la
Zond 5, viajaron dentro de un contenedor especial tras ser "entrenadas"
en el Edificio 3 del instituto IMBP de estudios biológicos de Moscú. Las
últimas tortugas espaciales soviéticas volarían en 1975 a bordo de la
Soyuz 20, que permaneció 90 días acoplada a la estación militar OPS
Salyut 5. Desgraciadamente, hoy en día casi nadie se acuerda de la
odisea de las tortugas lunares soviéticas, y eso que fueron los primeros
seres vivos en viajar más allá de la Tierra y que regresaron para
contarlo (bueno, esto último es un decir).
Curiosamente, tampoco hay mucha gente que se acuerde de los ratones del
Apolo. Efectivamente, además de aguerridos pilotos militares, las
misiones Apolo llevaron varios animales hasta la Luna. El Apolo 16 había
transportado varios gusanos nemátodos hasta nuestro satélite, pero
serían los cinco ratones del Apolo 17 los primeros mamíferos no humanos
en llegar a la Luna (para ser precisos, lo cierto es que los roedores
eran de la especie Perognathus longimembris, por lo que técnicamente no
eran ratones). Estos cinco ratoncillos formaron parte del experimento
BIOCORE (Biological Cosmic Ray Experiment)
localizado en el módulo de mando (CM) América del Apolo 17. Como su
nombre indica, el experimento debía estudiar los efectos de la radiación
sobre los tejidos vivos.
Los ratones lunares del Apolo 17 (NASA).
Contenedor de los ratones (arriba) y fases de la misión (NASA).
Los ratones no tuvieron ninguna relación con los tres astronautas
durante la misión, puesto que el contenedor BIOCORE estaba aislado de la
tripulación y funcionaba de forma totalmente autónoma, incluyendo un
pequeño sistema de soporte vital que generaba oxígeno a partir de una
fuente de dióxido de potasio. Los especímenes habían recibido los
nombres en código A3326 (la única hembra), A3400, A3305, A4456 y A3352,
aunque los astronautas les apodaron como Fe, Fi, Fo, Fum y Phooey. Los
cinco fueron introducidos en su cápsula cinco días antes del lanzamiento
y durante la misión se convertirían en los primeros ratones en orbitar
la Luna. Después de amerizar en el Pacífico se extrajo la cápsula del
módulo de mando y se comprobó que uno de los ratones (A3352) había
muerto durante la misión. Su final sería igual de triste que sus primas
las tortugas soviéticas: tras realizarles todo tipo de análisis, los
cuatro ratones supervivientes fueron sacrificados para hacerles una
autopsia. Poco tiempo después, varios ratones similares viajarían a la
estación Skylab.
Muchos otros animales de todo tipo han viajado al espacio en distintas
misiones a la órbita baja, pero las tortugas y ratones han sido los
animales complejos que más se han alejado de la Tierra. A partir de
ahora, ya sabes: cuando mires a la Luna, recuerda que los primeros seres
que viajaron hasta allí fueron dos pequeñas tortugas rusas. Puede que
no sean tan famosas como Laika, pero fueron igual de pioneras.
-Hs:21:41Pm-Fuente:Eureka(Daniel Marin)-Investigacion:Alberto Costacurta Grossetti-Edicion:Mirta B Costacurta y Corresponsales de FILEALIEN-46-
http://filealien-46.blogspot.com
Correo de contacto: albertocostacurta46@hotmail.com-
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