-FILEALIEN-46-Año 3-Rosario-Santa Fe-Argentina-Diciembre/8/2012-
¿Tememos los humanos a la muerte? En realidad esta pregunta es un tanto engañosa. Ya que no tenemos representación mental alguna, ni experiencias vivenciales previas a nuestro encuentro final con ella, es decir, es una experiencia para la cual no existen parámetros.
Quien la ha experimentado no puede volver a contarla ni tenemos referente propio sobre cómo es que sería nuestra propia muerte. Al hablar de la muerte hablamos sobre aquello que no tiene referentes y que, por lo tanto, no podemos ni siquiera imaginar. Esta característica, la irrepresentabilidad de la muerte es el principal motivo por el cual le tememos.
La cultura mexicana, en general, tiene como elemento central ese miedo a la muerte. Por ello este trato de burla y juego alrededor de la misma. Se puede hablar de que el manejo cultural del tema de la muerte en México es contrafóbico. Utilizando lo fóbico más que por su implicación clínica, por la etimológica.
Festejar, reír, y burlarse se vuelven las prácticas mágicas que la cultura mexicana enseña para desmentir un profundamente arraigado temor al hecho de la muerte. Como no podemos imaginar cómo es morir creamos representaciones visuales de la muerte misma, ataviada con las vestimentas tradicionales del mexicano, un ejemplo de ello son las catrinas. Las catrinas somos todos los mexicanos y ningún mexicano en particular, ambas al mismo tiempo.
A través de la iconografía del día de muertos el mexicano se aproxima a la creación de una representación mental colectiva que le haga saber a qué se enfrentará al morir. El mexicano cuando muere no se enfrenta a la muerte desconocida, sin cara ni referente. No, el mexicano se enfrenta a la huesuda, a esa vieja conocida que nos presentaron por primera vez como calaverita de dulce o chocolate en nuestra primera infancia.
Por otro lado, el mexicano tiene, para luchar con el miedo normal de la muerte irrepresentable, una serie de narraciones populares que le dicen cómo será todo cuando ya no viva. Esas narraciones son nuestras típicas calaveras. Esas narraciones cortas conectan y dan continuidad a la experiencia de la vida, es decir, cuando nos vayamos seguiremos siendo actores de los mismos actos que en vida, sufriremos los mismos vicios y tendremos castigos moderados por los mismos.
El miedo a la muerte es común y normal, todos lo tenemos. Es algo que proviene del misterio e irrepresentatibilidad de la experiencia de la propia muerte. Es cierto que existen narraciones sobre gente que ha experimentado experiencias cercanas a la muerte, pero ninguna de ellas ha realmente muerto, como su experiencia misma dicta, sino que sólo han estado camino a la misma. Las construcciones culturales rituales que nos posibilitan otorgar de cualidad y representación a la muerte son nuestras herramientas más próximas para luchar contra el miedo más común y antiguo de todos, el miedo a la muerte.
-Hs:1847 PM-Fuente:De10.mx-Investigacion:Alberto Costacurta Grossetti-Edicion:Mirta B Costacurta y Corresponsales de FILEALIEN-46- http://filealien-46.blogspot.com Correo de contacto: albertocostacurta46@hotmail.com-Twittear
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