De la mano de la Agencia Espacial Europea (ESA), con el aval de Francia y con el apoyo institucional y económico de la Unión Europea, los trabajos de construcción y acondicionamiento de la primera base de lanzamiento espacial rusa en América del Sur están a punto de concluir.
Tanto la administración Bush como la Obama no han tenido más remedio que dar luz verde al proyecto ruso-europeo, aunque muy a su pesar. Y es que instalar una base de lanzamiento de cohetes Soyuz a pocos miles de kilómetros del estado de Florida, supone llevar a la competencia hasta las mismas puertas de Cabo Cañaveral, la principal base espacial de la NASA.
Los Soyuz serán más eficientes desde Guayana
La ventaja que presenta la base de la Guayana francesa es que está situada a poco más de 500 kilómetros de la línea del ecuador terrestre. La propia rotación de la Tierra y la cercanía al ecuador aumentan la velocidad ascensional de cualquier cohete portador en unos 500 m/s., lo que provoca que el vector espacial necesite una menor propulsión para librarse de la atracción de la gravedad terrestre.
El foso tiene una profundidad de 22 metros
La consecuencia comercial es evidente: un cohete Soyuz lanzado desde Guayana podrá colocar en órbita de transferencia una plataforma espacial de 3,1 toneladas. Por el contrario, disparado desde Baikonur, su límite de carga es de tan sólo 1,8 toneladas, casi la mitad. Así pues,
"es más barato y eficiente lanzar satélites desde Guayana que desde Baikonur", confirman en fuentes de la ESA.
Fuente: Arianespace
Si a la ventaja citada se añade que los cohetes rusos son más baratos que los europeos -el precio de un Soyuz es de unos 70 millones de euros y el de los Ariane 5 de alrededor de 200 millones-, la asociación estratégica ruso-europea resulta un buen negocio.
Descomunal obra de ingeniería en la selva
Bajo la dirección de técnicos rusos y sobre una superficie llana y semi pantanosa de 120 hectáreas, se ha logrado construir un cosmódromo semejante al de Baikonur -"la cuna de los Soyuz"-, pero rodeado de una exuberante vegetación. Situado a unos 12 kilómetros de la rampa de despegue de los cohetes Ariane 5, se han tenido que talar miles de árboles y drenar, excavar y desplazar más de un millón de metros cúbicos de tierras.
De marcado diseño ruso, el elemento clave de la rampa de lanzamiento es un gigantesco foso de 22 metros de profundidad, por donde escapan los chorros de gases que producen los motores del cohete durante el despegue. Después se han construido decenas de edificios e instalaciones diversas, todas ellas unidos entre sí por centenares de kilómetros de ramales de ferrocarril, carreteras y caminos.
El proyecto de lanzar cohetes Soyuz desde Kurú es el fruto de un acuerdo suscrito en noviembre de 2003 entre Rusia y Francia, con la contribución de Arianespace y la ESA. La construcción y equipamiento de la base ha ascendido a más de 344 millones de euros, 223 de los cuales han sido aportados por los estados miembros de la Agencia europea.
Con aportación económica española
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