-FILEALIEN-46-Año 4-Rosario-Santa Fe-
-Argentina-Julio/26/2013-
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“Los imperativos en tiempos de la guerra y en los de la paz son diferentes. El objetivo que teníamos sería impensable hoy. Rusia tuvo una experiencia considerable con lo que representaba la Alemania nazi. EEUU tuvo muy poca experiencia directa pero sabíamos qué pasaba en Rusia y el resto de Europa. Lo teníamos en la mente y nuestro imperativo era terminar la guerra. (…) Personalmente, hubiera preferido que se hiciera tan solo una demostración pero nadie me preguntó. Los militares no querían esperar. Tenían un arma y querían usarla. Creo que la segunda bomba, en Nagasaki, fue completamente innecesaria. Deseaban mostrar como funcionaba la bomba de implosión que se consideraba ser un arma del futuro”, recalcó Gauber en una conferencia en el centro Digital October en Moscú.
El tiempo apremía. El Gobierno de EEUU tardó mucho en comenzar a crear la bomba creando interminables comisiones para asegurarse de la viabilidad el proyecto. Era ya el 1943 y la Alemania nazi también intentaba hacerse con un arma de destrucción masiva. Era evidente que el país que tenga la bomba atómica ganaría la guerra.
“Teníamos un problema con los alemanes. Sobre la fisión nuclear sabían tanto como nosotros. Tenían los mismos conocimientos y, en principio, las mismas capacidades que nosotros para desarrollar reactores e incluso construir bombas. Para las personas que trabajábamos en EEUU era una verdadera competición. Iniciamos muy despacio, en realidad”, subrayó Gauber.
El futuro premio Nobel entró en el proyecto con tan solo 18 años, directamente de la Universidad de Harvard, y se encontró rodeado de los científicos más prominentes de aquellos tiempos: Robert Oppenheimer, John von Neumann, Niels Bohr o Richard Feynman. La mayoría eran jóvenes, los investigadores tenían en promedio unos 24 años, los dirigentes del proyecto, alrededor de los 35. Llegaron a Los Álamos con las familias y formaron una pequeña comunidad unida por el mismo objetivo: conseguir controlar la reacción en cadena para crear un arma totalmente nueva.
El proyecto era militar y altamente secreto. Gauber ni siquiera sabía adónde iba. Envío todas sus pertinencias al apartado de correo “P.O. Box 1663, Santa Fe, New Mexico” y supo la dirección exacta solo en Santa Fe cuando un hombre le entregó el pasaje en la plataforma de la estación. Una vez en Los Álamos, se encontró totalmente vigilaba por los servicios de seguridad que no siempre entendían las sutilezas del trabajo científico.
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Gauber y sus compañeros consiguieron lograr su objetivo en plazos breves. Hasta el último momento los científicos no estaban seguros de que el material atómico no se dispersaría impidiendo la detonación. Pero lo consiguieron poniendo el punto definitivo en el segundo conflicto mundial y provocando, al menos en parte, otro, la Guerra Fría, pero esta ya es otra historia.
-Hs:21:54PM-Fuente:Twittear
Investigacion:Alberto Costacurta Grossetti-Edicion:Mirta B Costacurta y Corresponsales de FILEALIEN-46- http://filealien-46.blogspot.com Correo de contacto: albertocostacurta46@hotmail.com-
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