-¿Es cierto que hay una maquina transcraneal que a base de impulsos eléctricos puede curar la depresión?... |
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ESTIMULACION MAGNETICA TRANSCRANEAL (TRANSCRANEANA)
La estimulación magnética transcraneal (EMT) se ha desarrollado como una herramienta no invasiva para explorar la relación cerebro-conducta y aplicaciones terapéuticas. Fue desarrollada por neurofisiólogos y neurólogos, se coloca un pequeño pero poderoso electromagneto (bobina magnética) sobre el cuero cabelludo, lo que causa una despolarización de las neuronas corticales (neocótex) colocadas entre 1,5 y 2 cms por debajo del cráneo, como respuesta a la corriente eléctrica generada en ellas por oscilaciónes rápidas en el campo magnético. Un solo pulso magnético, que genera un campo de aproximadamente 1-2 cm, causará descarga de un grupo de neuronas. Pulsos repetidos (Estimulación Magnética Transcraneal Repetitiva EMTr) pueden causar repetidas descargas neuronales de manera inofensiva. A frecuencias altas, estas neuronas podrían no estar disponibles para comunicación con otras regiones cerebrales, lo que en efecto crea un déficit funcional temporal. Por ejemplo, EMT sobre la corteza temporal bloquea la producción de lenguaje, estimulación sobre la corteza prefrontal dorsolateral izquierda deteriora la memoria, y sobre la corteza occipital causa defectos en el campo visual.
Los estimuladores magnéticos capaces de producir estímulos repetitivos a frecuencias de hasta 60 Hz se desarrollaron en 1987. D`Arsenal en 1886 observó la aparición de fosfenos y vértigo, cuando un sujeto colocaba la cabeza en el interior de una bobina eléctrica, con una frecuencia de descarga de 42 Hz, el fenómeno fue llamado magnetofosfenos.
En 1965 Bickford y Fremming realizaron una estimulación magnética incruenta de varios nervios periféricos de animales y humanos. En 1984-5 Barker y colaboradores mediante el empleo de un estimulador de alto voltaje, más eficaz en la transformación de energía desde el condensador hasta la bobina (de 20 a 80%) consiguieron la primera estimulación magnética de la corteza motora en un ser humano. Los sujetos no describían dolor o molestias.
El estimulador eléctrico se compone de un banco de condensadores que almacenan el voltaje necesario, en función de las condiciones de intensidad y amplitud del estímulo requerido, para generar un campo eléctrico en la bobina de estimulación. No existe contacto eléctrico entre sujeto y estimulador. Las cargas fluyen al interior de la membrana celular electroexcitable, así originan un campo de potencial transmembranario lo que produce la despolarización de la membrana y el inicio de un potencial de acción, que se propaga a lo largo de la membrana mediante mecanismos de conducción nerviosa. En la estimulación magnética un campo de pulso magnético fluye a través del cuerpo, se origina un flujo de corriente eléctrica. Si la amplitud y las características espaciales y de duración son adecuadas para originar una despolarización en la membrana de un nervio, se generará un potencial de acción. Han sido desarrollados estimuladores magnéticos repetitivos en los que se omite la resistencia, se origina un campo magnético oscilatorio, al final 40% de la energía ha regresado al oscilador, se puede estimular con menor intensidad pico del campo magnético, por lo que se necesita acumular menos energía en los condensadores. Con electrodos superficiales se puede quemar la piel (Tormos J.M. y otros 1999).
La bobina magnética que se mantiene fuera del cráneo, permite ser movida sobre diferentes partes del cerebro. Los campos magnéticos creados por la bobina inducen corrientes eléctricas diminutas dentro del cráneo que alteran la actividad de las vías neurales, se estimula o se inhibe la actividad en diferentes partes del cerebro. Esta técnica no invasiva puede ser usada de forma ambulatoria.
El equipo de investigación del profesor Rothwell, adaptó la técnica aplicando patrones diferentes de pulsos magnéticos repetitivos, durante períodos de 20 a 190 seg. Los pulsos fueron dirigidos a la corteza motora que controla la respuesta muscular, los efectos en la corteza motora se pueden medir registrando la cantidad de respuesta eléctrica del músculo a la estimulación, se encontró que ajustando el estímulo podían obtenerse efectos estimulantes o inhibitorios en el cerebro, sin efectos secundarios (Sólo Ciencia).
La (EMT) es utilizada para investigación en: neurofisiología, neurología, rehabilitación, psiquiatría; se estimula la corteza cerebral de una manera no invasiva.
La EMT se usa en trastornos neuropsiquiátricos como: depresión, ansiedad, déficit de atención, hiperactividad, autismo, tinnitus, trastorno de estrés post-traumático, miembro o dolor fantasma, migraña, disminución de la líbido, esquizofrenia, epilepsia, trastornos del sueño, trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos afectivos uni o bipolares.
La EMT tiene efectos neuroprotectores que son útiles a personas con enfermedades neurodegenerativas como, esclerosis múltiple, Parkinson, Alzheimer, modulación de la plasticidad cerebral.
La estimulación magnética transcraneal es una técnica cuya eficacia va quedando confirmada con la evidencia. La esimulación repetitiva (Ramss) del área dorsolateral prefrontal izquierda (LDLPF) con frecuencias entre 10 y 20 Hz, se ha mostrado eficaz en depresión mayor.
El fundamento de la acción terapéutica de esta técnica permanece ligado al principio de inducción electromagnética descubierto por Faraday en 1831, por el que se relaciona la energía eléctrica y los campos magnéticos. Produce corriente eléctrica en zonas concretas del cerebro, que según el campo aplicado producirá aumento o disminución de la excitabilidad neuronal. Estudios recientes demuestran que el aumento de excitabilidad se encuentra ligado a un período consecutivo de disminución de la excitabilidad de forma refractaria durante unos 30 minutos. De forma neuroquímica la TMS se encuentra asociada a cambios en el metabolismo del triptófano o y de la serotonina en áreas límbicos y a la n ormalización del factor neurotrópico derivado del cerebro como sucede en los tratamientos eficaces de la depresión.
Estudios con TMS sobre la actividad de la corteza prefrontal dorsolateral (DLPF) detectan una asimetría con hipoactivación de la izquierda frente a la derecha. Es posible utilizar altas frecuencias (10-20 Hz.) sobre el hemisferio izquierdo o bajas frecuencias (1-2 Hz) sobre el hemisferio derecho para conseguir el mismo efecto de recuperación de la simetría.
Efectos secundarios: sensaciones dérmicas atípicas, cada vez se tiende más a aplicar más de 10 sesiones.
Esta demostrada eficacia similar a fármacos e inferior a TEC mejora con el uso conjunto.
Predictores de respuesta positiva: menor edad, ausencia de comorbilidad ansiosa, menor duración del episodio actual, la asimetría electroencefalográfica preforntal. Demostrada eficacia en enfermos de Parkinson con depresión. Preocupación autista de la esquizofrenia. Alucinaciones auditivas.
La TMS es una técnica segura y fiable, no compórta efectos secundarios ni complicaciones de gravedad, fácil aplicación.
La estimulación del área preforntal dorsolateral del hemisferio izquierdo LDLPF mediante TMS en pacientes con síntomas depresivos, es más eficaz si estos corresponden a trastornos afectivos que corresponden a otras patologías.
La TMS sobre LDLPF muestra eficacia similart a la TEC en los trastornos afectivos en los que se debió aplicar.
Puede insertarse en los protocolos de tratamiento de la depresión resistente como paso previo a TEC incluso coadyuvante a un tercer ensayo farmacológico adecuado (J.J. López Ibor Aliño 2010).
Contraindicaciones relativas: mujeres gestantes, niños menores de seis años, personas con marcapasos, electrodos o bombas de infusión medicamentosa, placas metálicas, alambres o tornillos en la cabeza.
Efectos secundarios: cefaleas, convulsiones durante EMT en epilépticos (Wikipedia estimulación magnética transcraneana).
La EMT puede excitar o inhibir áreas corticales del cerebro, depende si el estímulo repetitivo se aplica a alta o baja frecuencia. Ha sido utilizada en estudios fisiológicos y también se ha propuesto su uso como tratamiento de la depresión. La información de esta revisión sugiere que no se encuentran pruebas sólidas de beneficios derivados del uso de la EMT para tratar la depresión (Berbamoj M. y otros).
Se han realizado diferentes estudios de EMT en trastorno obsesivo compulsivo, trastornos de movimiento, esquizofrenia, TEPT, epilepsia, manía y depresión. El más estudiado y el que ofrece resultados más prometedores es en el tratamiento de la depresión, sin embargo, aún no se puede ver como parte integral del arsenal terapéutico usado para tratar la depresión. En EEUU se ha esperado la aprobación por la FDA, de la EMTr como una alternativa a la TEC, en el tratamiento de depresión refractaria al tratamiento farmacológico (Franco López J. 2004).
Los estudios que utilizan EMTr para pacientes con sintomatología depresiva, se basan en la aplicación de los trenes de estimulación sobre la corteza prefrontal. Una investigación demostró que aplicando EMTr a baja frecuencia sobre la CPFDL derecha, se obtienen efectos sobre los niveles de ansiedad de voluntarios sanos.
Autores han concluido que la estimulación con pulsos breves durante dos semanas aumenta la rapidez de respuesta de los fármacos antidepresivos.
Los estudios con EMTr en pacientes con trastornos psiquiátricos resultan contradictorios (Boget T. 2002).
La EMT puede ofrecer una opción de tratamiento no invasivo, durable, para trastorno depresivo mayor refractario. Estudios han establecido que el beneficio obtenido con esta terapia dura hasta 24 semanas (Janicak P. 2010).
Los pulsos magnéticos se enfocan en corteza prefrontal. Monoterapia de medicación antidepresiva previen recaída combinado con EMT intermitente.
Evidencia animal preliminar sugiere que la EMTr es semejante al shock electroconvulsivo en modelos animales de depresión, regula hacia abajo receptores beta y produce cambios en la concentración de monoaminas cerebrales.
EMTr, prefrontal izquierda (20 Hz a 80% del umbral motor) sobre dos semanas tiene un efecto antidepresivo en pacientes depresivos unipolares y ademas es inocua.
Los datos disponibles sugieren que el efecto antidepresivo de la EMTr se basa en la normalización de áreas corticales con niveles de excitabilidad alterados (Tormos J.M. y otros 1999).
En voluntarios sanos no deprimidos, se estudió el efecto agudo de EMT prefrontal izquierda repetida, se encontró que causa tristeza, mientras que en el lado derecho produce felicidad. En pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo se ha demostrado que la estimulación prefrontal derecha repetida disminuye la urgencia compulsiva y mejora el humor.
Estudios de neuroimágenes funcionales han observado hipermetabolismo prefrontal en pacientes con síntomas obsesivos compulsivos no tratados y después de síntomas obsesivo-compulsivos provocados. Esta actividad prefrontal se normaliza con fármacos o con neurocirugía.
Si se altera la actividad prefrontal con EMT se podrían afectar los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo. EMTr de la corteza motora produce potenciales musculares de movimiento, esta estimulación en corteza occipital produce fosfenos o extinción visual, estimulación del área de Broca produce alteración del lenguaje. La EMTr puede afectar la memoria y el humor en sanos y puede actuar como antidepresivo (Greenberg B. et al 1997).
En Parkinson con bradiquinesia se ha observado una disminución de la excitabilidad cortical en la corteza motora primaria y suplementaria, se ha observado como la EMTr puede aumentar la actividad en estas regiones y mejorar la lentitud de movimiento durante días e incluso semanas. La EMTr de baja frecuencia parece capaz de normalizar los niveles de excitabilidad de la corteza motora cuando se haya patológicamente aumentada en pacientes con distonía, alcanzando mejoría sintomática por horas e incluso días.
Parece razonable admitir, que los efectos de la EMTr no se localizan de manera exclusiva en la corteza directamente afectada por la EMTr, sino que producen un efecto más amplio que implica otras estructuras corticales y subcorticales de forma transsinápticas. La EMTr induce expresión de genes precoces que podrían desempeñar un papel importante en una cascada de eventos que podrían redundar en el mantenimiento de los efectos observados a nivel emocional y comportamental (Tormos J.M. 1999).
Estudios han demostrado que la estimulación magnética transcraneal repetida sobre corteza prefrontal incrementa la secreción de hormona tirotrópica y un efecto indirecto sobre las estructuras hipotálamo-pituitaria (George M.et al 1997).
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