"Al final -prosigue Dean- me encontré en un lugar lleno de brillante luz y noté que alguien estaba cerca de mí. Era alto, con largos cabellos dorados y vestido de blanco, ceñido con un cinturón. No hablaba, pero yo no sentía miedo, ya que irradiaban de él gran paz y amor. Si no era Cristo, seguramente era uno de sus ángeles".
El relato de la experiencia fue recopilado por el obispo estadounidense Alexander Mileant, quien desde la óptica del catolicismo abordó la cuestión.
"Dean -refiere el prelado- sintió que volvió a su cuerpo y se despertó. Estas cortas pero luminosas sensaciones dejaron una profunda huella en su alma".
-Catalina-
Mileant recogió, entre tantos casos, el de Dean, que fue observado por un médico pediatra norteamericano, Melvin Morse, y publicado en su libro "Closer to the light" ("Hacia la luz"). El se encontró por primera vez con el caso de la muerte temporal en 1982, cuando revivió a Catalina, de 9 años, que se ahogó en una pileta. Catalina contó que durante su muerte ella se encontró con una "dama" que se presentó como Elizabeth, quien la había recibido muy cariñosamente.
Morse trabajaba en la ciudad de Pocatello, del Estado de Idaho (EEUU). El relato de la niña le produjo una impresión muy fuerte, recordó, más todavía por el escepticismo que él tenía hasta entonces hacia todo lo espiritual. En el caso de Catalina, Morse quedó impresionado por su detallada descripción de lo que pasaba en el hospital y en su casa, durante su muerte clínica, como si ella hubiera estado presente allí.
Unos 20 años atrás, en lo que parecía el pleno triunfo del materialismo, algunos médicos y psiquiatras se interesaron seriamente por el problema de la existencia del alma. El inicio del cambio se debió al libro de Raymond Moody "La vida después de la vida" que salió en 1975 y causó un gran revuelo. En ese trabajo, Moody recogió una serie de relatos de las personas que pasaron la muerte clínica. Los recuerdos de algunos de sus conocidos lo incitaron a internarse en el problema del proceso de la muerte. Cuando él comenzó a juntar datos, para su asombro vio que existían numerosas personas que durante su muerte clínica tuvieron visiones extracorporales. Generalmente no las contaban para que no los consideraran locos.-Investigacion-Edicion:M-G-SIMONIN-
El relato de la experiencia fue recopilado por el obispo estadounidense Alexander Mileant, quien desde la óptica del catolicismo abordó la cuestión.
"Dean -refiere el prelado- sintió que volvió a su cuerpo y se despertó. Estas cortas pero luminosas sensaciones dejaron una profunda huella en su alma".
-Catalina-
Mileant recogió, entre tantos casos, el de Dean, que fue observado por un médico pediatra norteamericano, Melvin Morse, y publicado en su libro "Closer to the light" ("Hacia la luz"). El se encontró por primera vez con el caso de la muerte temporal en 1982, cuando revivió a Catalina, de 9 años, que se ahogó en una pileta. Catalina contó que durante su muerte ella se encontró con una "dama" que se presentó como Elizabeth, quien la había recibido muy cariñosamente.
Morse trabajaba en la ciudad de Pocatello, del Estado de Idaho (EEUU). El relato de la niña le produjo una impresión muy fuerte, recordó, más todavía por el escepticismo que él tenía hasta entonces hacia todo lo espiritual. En el caso de Catalina, Morse quedó impresionado por su detallada descripción de lo que pasaba en el hospital y en su casa, durante su muerte clínica, como si ella hubiera estado presente allí.
Unos 20 años atrás, en lo que parecía el pleno triunfo del materialismo, algunos médicos y psiquiatras se interesaron seriamente por el problema de la existencia del alma. El inicio del cambio se debió al libro de Raymond Moody "La vida después de la vida" que salió en 1975 y causó un gran revuelo. En ese trabajo, Moody recogió una serie de relatos de las personas que pasaron la muerte clínica. Los recuerdos de algunos de sus conocidos lo incitaron a internarse en el problema del proceso de la muerte. Cuando él comenzó a juntar datos, para su asombro vio que existían numerosas personas que durante su muerte clínica tuvieron visiones extracorporales. Generalmente no las contaban para que no los consideraran locos.-Investigacion-Edicion:M-G-SIMONIN-
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