Tipo 1: Casos Fatales
Estos casos representan un 75% de los casos de CHE. Quizás estos casos se consideran los más misteriosos porque no quedan víctimas ni testigos que nos puedan contar lo ocurrido, dejando las puertas abiertas para la especulación.
Subtipo 1: Combustiones clásicas o combustiones de dormitorio.
Según Haslam, estos son los casos que tienden a ser más fácilmente explicables, siendo los más utilizados por los escépticos para desmitificar la CHE. Pero veremos más adelante que hay casos más interesantes, aunque quizás menos documentados.
Vamos a conocer las características típicas de una combustión clásica:
• El fenómeno siempre ocurre en lugares cerrados, generalmente en el dormitorio de la víctima.
• La víctima ha estado sola en las últimas horas antes del suceso. En estos casos clásicos no suele haber testigos presenciales.
• Las quemaduras afectan sobre todo a tronco, extremidades superiores y muslos, y suelen quedar relativamente intactos los extremos más distales de las extremidades (los pies y en ocasiones, el cráneo).
• Se produce más frecuentemente en mujeres, generalmente obesas (aunque no es condición indispensable), de edad avanzada y/o con enfermedades crónicas o incapacitantes. Algunas víctimas eran alcohólicas.
• Clásicamente se dice que existe una fuente externa de ignición, generalmente cercana a la víctima, bien velas, braseros, chimeneas, o se trata de individuos fumadores.
• El proceso de combustión es muy localizado, de forma que afecta a la víctima, el lugar en el que estaba aposentada, y objetos que se encuentren en un radio menor a un metro, aunque no siempre las ropas que llevan resultan quemadas.
Dr. John Irving Bentley, fallecido por combustión
espóntanea en 1966.
• El suelo alrededor del cuerpo, esta recubierto por una sustancia viscosa, amarillenta y maloliente. Hay restos de una especie de hollín grasiento en las paredes y el techo.
• Los objetos que se encuentran por encima de un metro del suelo, resultan dañadas por calor, no por el fuego, curiosamente.
• Un dato muy curioso, es que las víctimas de una combustión espontánea completa, no presentan signos de lucha, ni gritan cuando se está produciendo el fuego. Esto se puede explicar tendiendo en cuenta que la mayoría de las víctimas son personas de edad avanzada, con procesos crónicos degenerativos que dificultan su movilidad, y, además, han ingerido sedantes, o estaban bajo los efectos del alcohol, lo que, limita su capacidad para pedir ayuda, gritar o huir del fuego.
• La CHE afecta más al estado psíquico de la víctima que a la edad o al sexo. Es más frecuente en personas solitarias, sedentarias, hurañas, incapacitadas por enfermedad o por lesiones, depresivos… Esto explicaría la escasez de casos que afectan a varios miembros de la misma familia.
Curiosamente, según refería el propio Angel, no sintió ningún dolor hasta unas horas después de haber recuperado la conciencia. Tras la investigación pertinente, se concluyó que Jack Angel no recordaba cómo se habían producido dichas quemaduras, ni siquiera bajo regresión hipnótica.
La verdad es que esta es la historia que se cuenta siempre. No se profundiza más en el asunto, y el caso queda como un increíble caso de supervivencia a la CHE.
Pero lo que poca gente sabe, es que el investigador Joe Nickell descubrió que, en 1975, un año después del suceso, Jack Angel demandó a la compañía fabricante de la caravana, por “negligencia en el diseño del calentador y en la válvula del agua caliente, y por no proporcionar una adecuada advertencia de posibles daños”.
Al parecer, Jack había manipulado la válvula de presión de agua del calentador, que soltó el agua hirviendo a presión sobre el brazo de Jack Angel, que, evidentemente, no podía tener signos de fuego en sus ropas ni en las sábanas, puesto que en ningún momento hubo tal fuego.
-Investiga-Edita=M-G-SIMONIN-
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