Hasta los últimos años, sólo la Unión Soviética-Rusia y Estados Unidos pudieron diseñar y construir armas antisatélite. Según analistas estadounidenses, ahora China e India desarrollan tecnologías similares. ¿Tendrá fundamento esa opinión?
El papel que desempeñan los sistemas espaciales en la actualidad es difícil de subestimar. Desde los años 70 del siglo anterior, procesos como el mando de las tropas, comunicación, detección de objetivos, navegación y otras actividades bélicas operativas pasaron a depender en gran medida de los aparatos espaciales, cuya importancia cada vez es mayor.
Hoy día es imposible imaginar las Fuerzas Armadas de la mayoría de los países industrializados, incluida Rusia, sin un grupo de satélites multifuncionales de elevada disponibilidad operacional.
La importancia del "componente espacial" está directamente vinculada al nivel de desarrollo de un país y de su Ejército.
Pero los grupos de satélites son vulnerables. Al iniciar la URSS y EEUU el emplazamiento de satélites militares en el espacio, ambos países también empezaron a diseñar sistemas antisatélite. Estos esfuerzos se intensificaron, una vez articulada la Defensa Antimisil, en la que el componente espacial desempeña importante papel.
Esta "carrera espacial" dió por resultado el diseño y la construcción de sistemas de emplazamiento espacial conceptualmente nuevos: satélites cazas con base en el espacio, misiles interceptores con base la tierra y misiles instalados en aviones de combate.
Vale destacar las investigaciones destinadas a desarrollar armas láser antisatélite con base en el espacio y en la tierra. Sin embargo, los investigadores e ingenieros consiguieron pocos resultados.
China, que reclama su derecho a erigirse en centro de poder global, enfantiza la vital importancia de sistemas antisatélite.
A principios de 2007, el gigante asiático ensayó con éxito un misil capaz de destruir satelites. El 11 de enero a las 22:26 hora media de Greenwich, China destruyó el satélite meteorológico Fengyun-1C perteneciente a este país que se encontraba a unos 800 kilómetros de altura en una orbita polar.
Aunque se desconoce el nombre concreto del misil, lanzado para destruir el satélite, varias fuentes mencionaron un sistema antisatélite KT-1/SC-19, versión modernizada del misil balístico intercontinental de mediano alcance DF-21, de unas 15 toneladas de peso y 11 metros de largo, equipado con una ojiva KKV (vehículo destructor de energía). El misil impactó directamente el satélite.
China fue el segundo país en la historia que ensayó con éxito armas antisatélite. Además de China, sólo EEUU consigió destruir satélites (el 13 de septiembre de 1985, derribó un satélite estadounidense con un misil antisatélite ASAT lanzado desde caza F-15; el 21 de febrero de 2008, destruyó un satélite espía en desuso con un misil estándar).
Los ensayos chinos de armas antisatélite mostraron que China está preparada para una guerra en el espacio, lo que produjo una respuesta nerviosa, en primer lugar, por parte del Japón y EEUU.
Todo el mundo sabe que China sigue desarrollando armas antisatélite y diseñando nuevas versiones de misiles interceptores.
Aunque no hay tantas pruebas evidentes que India también desarrolle sistemas antisatélite, la Organización para Investigaciones y Desarrollo de Defensa (DRDO) de India manifestó su intención de diseñar un satélite caza.
De ser verdadera esta declaración, la Nueva Delhi planea seguir el ejemplo de la URSS, que desarrolló varios tipos de aparatos orbitales y antisatélite, incluida la estación de combate espacial Skif-DM (de unas 80 toneladas de peso) que debió ser puesta en órbita por un cohete portador Energía.
Resulta difícil prever cuándo India podrá diseñar un sistema antisatélite y lanzarlo al espacio. A juzgar por todo, tardará muchos años en implementar este proyecto.
Al mismo tiempo, India bien podrá desarrollar, tomando como prototipo misiles balísticos de mediano alcance, un misil interceptor para destruir satélites, como lo hizo China.
El número de naciones dotadas de armas antisatélite aumentará con el correr del tiempo. Todos los países que disponen de misiles balísticos intercontinentales de mediano alcance, incluyendo Irán y Corea del Norte, están en condiciones de diseñarlas. Pero hoy es imposible pronosticar la influencia que tales programas ejercerían en el desarrollo de sistemas militares espaciales.
-Investiga-Edita=M-G-SIMONIN-
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