“2 de Julio de 1951. San Petersburg, Florida. Mary Hardy Reeser, preocupada por algunos retrasos en su mudanza, tomó dos comprimidos de Seconal y se fumó un cigarrillo sentada en su sillón favorito, algo habitual en ella.
Al día siguiente, su casera, Patsy Carpenter, le llevaba un telegrama acerca de la mudanza en la que estaba inmersa. Al ir a entrar en la habitación, nota que el pomo de la puerta está extremadamente caliente.
Lo que encontró dentro se convirtió en uno de los casos más conocidos de la llamada Combustión Humana Espontánea (CHE).
En el sillón en el que habitualmente se sentaba, y en un radio de un metro, se encontraban restos del sillón, y cenizas dispersas, junto con fragmentos del hígado adyacente a restos de la columna vertebral, el cráneo reducido al tamaño de una pelota de tenis y un pie, intacto hasta el tobillo, aún con el zapato puesto.
Mary Hardy Reeser
En el certificado de defunción se definió la muerte como “Muerte accidental por fuego de origen desconocido”.
La Policía valoró la posibilidad de que la señora Reeser quedara inconsciente por los somníferos, de forma que su cigarrillo cayera encendido sobre su ropa altamente inflamable.
Ante la falta de evidencias sobre la causa de la muerte, el 7 de Julio de 1957, el jefe de Policía J.R. Reichert envió una caja con las evidencias disponibles al entonces director de la CIA, John Edgar Hoover, junto con una nota que decía: “Requerimos cualquier información o teoría que pueda explicar cómo un cuerpo humano puede ser destruido por un fuego confinado a un área tan pequeña, y dañar tan escasamente la estructura del edificio y la decoración del apartamento”. El FBI, en su investigación hizo referencia al llamado “efecto mecha” como posible causa del fuego.”
Este es uno más de los casos típicos de Combustión Humana Espontánea. Pero, ¿es la CHE tan misteriosa e inexplicable como nos han contado? ¿O hay una explicación convincente para estos casos?.
No quiero que este artículo se convierta en una larga lista de presuntos casos de CHE a lo largo de la historia. Creo que hay suficiente documentación al alcance de todos, como para tener acceso a los detalles más conocidos de cada caso. Sin embargo, sí mencionaré algunos sucesos concretos, sobre todo, a la hora de valorar las diferentes teorías propuestas para explicar los casos de CHE.
A lo largo de la exposición, veremos cómo muchos de los episodios considerados clásicos de CHE tienen explicaciones cuando menos plausibles, así como también que algunos de los casos menos conocidos son, probablemente, más misteriosos y menos difundidos por los escépticos en su “batalla” contra el mito de la CHE.
Muchos escépticos ponen en duda que la CHE deba considerarse como un fenómeno paranormal, pero, indudablemente, mientras no tenga una explicación científica aceptable hoy por hoy, la CHE seguirá siendo susceptible de estudio por parte de la Parapsicología.
Como hemos comprobado en múltiples ocasiones, en lugar de buscar una explicación racional, hay determinados grupos que se dedican a desprestigiar tanto al fenómeno, como a los que lo investigan, pero a pesar de lo que digan los escépticos más “negativistas”, una cosa es que el fenómeno no se pueda explicar, y otra muy distinta, que el fenómeno no exista.
Pero, ¿qué es la CHE?
Mateo Orfila, considerado el primer toxicólogo de la historia, dice en su “Tratado de Medicina Legal” (1847) que “El cuerpo humano puede quemarse, algunas de sus partes pueden reducirse a cenizas por una causa que no es fácil de apreciar, y que hasta ahora se ha referido a un estado particular del organismo. Este fenómeno, designado con el nombre de Combustión Espontánea, aunque es inexplicable, no puede por menos de admitirse”.
Sin embargo, Pedro Mata, en su “Tratado de Medicina Legal” en 1866, menciona la combustión humana espontánea, y dice: “Si guiados por el sentido literal de las palabras, creemos que un sujeto puede encenderse, arder y reducirse a cenizas espontáneamente sin estar en contacto con un cuerpo en ignición, en la manera de ciertos cuerpos que a la temperatura ordinaria arden, en el estado actual de la ciencia podemos asegurar que la combustión espontánea no existe... Los casos de que se habla no presentan todas las garantías necesarias para ser aceptadas por la ciencia."
Como vemos, la polémica está servida desde hace más de 150 años.
Es difícil definir una combustión humana espontánea, pero podríamos decir que se trata de un proceso en el cual, la víctima comienza a arder de forma brusca e inesperada, y, generalmente, sin tiempo de reacción, lo que desemboca en una carbonización casi completa del cuerpo y los objetos más cercanos a la víctima, junto con la aparición de una sustancia pegajosa en el suelo, que desprende un hedor insoportable.
Siempre se ha dicho que el proceso de carbonización se produce en muy corto período de tiempo (minutos o segundos). Lo difícil es poder afirmar esto con pruebas, ya que en estos casos nunca hay testigos visuales que puedan confirmarlo.
Garth Haslam es uno de los mayores expertos en CHE. Ha realizado una compilación de casos de CHE, y ha encontrado 52 casos desde el siglo XVII hasta 1982, de los cuales veinte considera que no están suficientemente documentados o que son falsos.
De los casos que presentan datos comprobables, 15 han ocurrido desde 1951, pero varios de ellos son realmente sospechosos de formar parte de asesinatos que se intentan encubrir quemando los cadáveres.
-Investiga-Edita=M-G-SIMONIN-
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