-DECIMO ANIVERSARIO-
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-El hogar de los astronautas a 400 kilómetros de altitud cumple este martes una década. El 2 de noviembre de 2000 llegaban a la Estación Espacial Internacional (ISS) los tres tripulantes de la primera misión: el estadounidense Bill Shepherd y los rusos Sergei Krikalev y Yuri Gidzenko. Desde entonces casi 200 astronautas han sido inquilinos de la plataforma orbital, concebida para realizar experimentos científicos en un ambiente de ingravidez.
Durante estos 10 años se han llevado a cabo 150 caminatas espaciales y más de 600 experimentos que han permitido grandes “avances en medicina, en sistemas de reciclaje y en el conocimieno fundamental del Universo”, según afirma el administrador de la NASA, David Weaver, en un comunicado difundido este martes.
Los despegues de transbordadores con rumbo a la ISS se han convertido en algo habitual. Han llegado allí un total de 67 vehículos rusos, 34 transbordadores estadounidenses, así como un vehículo automatizado europeo (ATV) y otro japonés. El emblemático Discovery, el transbordador más veterano que sigue en funcionamiento, se jubilará tras concluir la misión que comenzará mañana miércoles.
La ISS es el resultado de la colaboración entre las agencias espaciales de Estados Unidos (NASA), Rusia, Japón, Canadá y 11 países miembros de la Agencia Espacial Europea (ESA): Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Noruega, España, Suecia, Suiza y Reino Unido. Y es que la rivalidad entre EEUU y Rusia que caracterizó la exploración espacial durante el siglo XX ha dado paso a una etapa de colaboración entre países, que tiene su mejor reflejo en la convivencia que a diario se produce en la ISS entre astronautas de distintas nacionalidades.
Miguel López-Alegría y Pedro Duque han sido los dos únicos astronautas españoles que han trabajado en la ISS. López-Alegría, nacido en España y con nacionalidad estadounidense, lo hizo en 2000, 2002 y 2006.
Duque, por su parte, llegó a la plataforma orbital en 2003 a bordo de la nave rusa Soyuz junto al estadounidense Michael Foale y el ruso Alexander Kaleri. Su misión, bautizada como Cervantes, transcurrió entre el 18 y el 28 de octubre de 2003 y llevó a cabo alrededor de 25 experimentos.
A pesar de que la estación fue diseñada inicialmente para que operase durante diez años, los expertos creen que podrá estar en funcionamiento hasta, al menos, 2020.
Mientras tanto, ya ha batido algunos récords. El pasado 25 de octubre se convirtió en la estación orbital que más tiempo ha estado habitada de manera permanente, desbancando del primer puesto a la plataforma rusa Mir, que ostentaba el récord con 3.664 días. Y es que desde aquel 2 de noviembre de 2000, la ISS ha tenido tripulantes viviendo y trabajando 24 horas al día los 365 días del año.
Durante estos 10 años se han llevado a cabo 150 caminatas espaciales y más de 600 experimentos científicos.
La nueva estrategia para la NASA diseñada por el presidente de EEUU, Barack Obama, favorecía la ampliación de la vida útil de la plataforma orbital. Con la aprobación de su plan, la NASA podrá extender sus operaciones en la ISS hasta el año 2020.
Mike Suffredini, jefe de operaciones de la estación desde 2005, explica en la web de la NASA que durante los próximos años la ISS tendrá asignadas numerosas tareas: “Al estar tripulada permanentemente servirá como base para exploraciones espaciales a largo plazo y jugará un papel importante a la hora de estudiar la resistencia de los humanos, la fiabilidad de los equipos y los procesos esenciales para la exploración espacial”.
Aunque ahora se cumplen diez años desde que se llevan a cabo misiones tripuladas permanentes, en noviembre de 1998 se lanzó el módulo ruso Zarya (que significa ‘amanecer’), al que dos meses más tarde se enganchó el estadounidense Unity, que llegó a bordo del transbordador Discovery. En julio de 2000 fue acoplado por control remoto el segmento ruso Zvezdá (‘Estrella’), el módulo principal de la plataforma que hace posible la vida humana en el espacio.
Apenas el 10% de los astronautas que han viajado al espacio han sido mujeres y esta desigualdad se mantiene en las misiones a la ISS, donde siguen siendo una minoría. El pasado mes de abril coincidieron cuatro astronautas por primera vez en la Estación Internacional. De los siete tripulantes que viajaban en el Discovery, tres eran mujeres (la japonesa Naoko Yamazaki y las estadounidenses Stephanie Wilson y Dorothy Metcalf-Lindenburger), que se unieron a Tracy Caldwell, que las esperaba en la ISS.
Naoko Yamazaki fue también la primera madre nipona en viajar al espacio. Al igual que su compatriota Soichi Noguchi narró a través de la red social Twitter su experiencia.
Incluyendo los paneles solares, el tamaño de la Estación Espacial Internacional (ISS) supera al de un campo de fútbol americano. Consta de varios módulos presurizados en los que viven, trabajan y disfrutan de su tiempo de ocio. El espacio habitable es equivalente al de una casa con cinco dormitorios, dos baños y un gimnasio.
Las anécdotas a bordo de la ISS han sido frecuentes a lo largo de está década. Por ejemplo, dos de los astronautas se convirtieron en padres durante su misión. El primero fue el astronauta de la NASA Michael Fincke, que se encontraba en la ISS cuando su mujer dio a luz en junio de 2004. En noviembre de 2008 Randy Bresnik recibía la noticia del nacimiento de su hija Abigail.
Viajar a la Estación Espacial Internacional sigue siendo un privilegio reservado casi exclusivamente a los astronautas. Sólo un reducidísimo grupo de multimillonarios ha podido llevar a cabo su aventura espacial tras someterse a un intenso programa de entrenamiento y desembolsar una importante cantidad de dinero. Denis Tito se convirtió en 2001 en el primer turista espacial, una experiencia que definió así tras aterrizar en Kazajistán (Ucrania): “Vengo del paraíso. Ha sido perfecto”.
La primera mujer turista fue la iraní Anousha Ansari, que llegó a la ISS en 2006. El último millonario aventurero fue el fundador del Circo del Sol, Guy Laliberté, que regresó a la Tierra el pasado mes de octubre. Sus vacaciones duraron unos diez días y le costaron 35 millones de dólares.
Panorámica de la Tierra
La privilegiada situación de la plataforma, a 400 kilómetros de altitud, ha permitido obtener impresionantes panorámicas de la Tierra que han sido útiles para multitud de investigaciones y para documentar y estudiar fenómenos meteorológicos.
El pasado mes de febrero se acopló la cúpula de cristal de la plataforma de observación que permite tener una visión panorámica de la Tierra desde el espacio y de las naves que se aproximan.
Y es que aunque la ISS seguirá siendo la base para desarrollar multitud de experimentos e investigaciones con una utilidad práctica en la vida cotidiana del hombre, el objetivo a medio y largo plazo es desarrollar las tecnologías que permitan a los humanos ir más allá y explorar otros planetas.
-Fuentes:Teresa Guerrero | elmundo.es-Investigacion-Edicion:ALBERTO ALIEN-(EL CONTENIDO U OPINION DE LA FUENTE NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE FILEALIEN-46)-http://filealien-46.blogspot.com-http://laideadedios.blogspot.com-
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