domingo, 11 de octubre de 2009

-LA VICTORIA DEL FRIO-2 Guerra Mundial-

-Investigacion-Edicion:M-G-SIMONIN-

--La rápida llegada de más de un millón y medio de soldados soviéticos procedentes de la Rusia Asiática detuvo el avance alemán en el sector central del frente del Este en dirección a Moscú. Y no solamente lo detuvo sino que incluso permitió a los rojos montar una formidable contraofensiva a las puertas de la capital, obligando a las tropas de la Wehrmacht a replegarse en una profundidad de cien kilómetros.

El "General Invierno" fue otro de los factores que, más decisivamente influyeron en la lucha. Pero el Ejército Alemán no sólo se enfrentó a temperaturas que oscilaron con frecuencia entre cuarenta y cincuenta grados bajo cero, sino a masas humanas que le superaban en proporción de cuatro y cinco contra uno. La ayuda anglosajona, por otra parte, se multiplicó a pesar de que los submarinos alemanes intensificaron sus ataques a los convoyes que se dirigían a la URSS..

Todo esto facilitó la contraofensiva de Invierno de los rojos que les permitió recuperar algún terreno en el sector central del Frente y también en la zona de Lago Ilmen. En Ucrania, en cambio, las ganancias soviéticas fueron mínimas y, aún, pagadas a terrible precio En Leningrado. las tropas de Vorochilov intentaron repetidamente romper el cerco sin conseguirlo pero al helarse las aguas del Lago Ladoga los bolcheviques pudieron enviar abundantes refuerzos y pertrechos a la ciudad sitiada. En este sector, las pérdidas rusas en el invierno 1941-1942 fueron horrorosas: cerca de tres cuartos de millón de soldados fueron puestos fuera de combate. Vorochilov movilizó a la población civil y ordenó a la Policía Militar ametrallar por la espalda a quien intentara rendirse o, simplemente, retirarse. Solamente por estos métodos terroristas lograron los soviéticos conservar la plaza y entretener en aquel sector a una veintena de divisiones alemanas que tan necesarias eran en el Sector Central.

-Fue precisamente en esa crítica Zona Centro donde estuvo a punto de hundirse el sistema defensivo germano. Los generales de Hitler eran partidarios de retirarse hasta Polonia para estar más cerca de sus bases de aprovisionamiento. El Führer se opuso resueltamente a tal solución. Exigió que todas las posiciones conquistadas se defendieran, pues estaba convencido de que una retirada general haría cundir el pánico entre las tropas y desmoralizaría a la población civil. Los viejos generales prusianos "demostraron" a Hitler que la resistencia a ultranza contradecía los fundamentos de la llamada "ciencia militar". Después de escuchar la docta lección de sus generales, el "cabo" Hitler ordenó que la Wehrmacht se clavara en el terreno y resistiera hasta el imite de sus fuerzas. El Führer estaba convencido de que "existen fuerzas psíquicas" "La fuerza de voluntad, el coraje, la fanática determinación de vencer" que no mencionan los manuales militares.

-Sin necesidad de ser un experto en Táctica y Estrategia puede, no obstante constatarse, que una vez más el "cabo" tuvo razón y sus generales no la tuvieron. La Wehrmacht se aferró al terreno y sus pérdidas territoriales fueron relativamente mínimas, haciéndoselas pagar a carísimo precio, en sangre y armamento a su mastodóntico adversario. La victoria que la Wehrmacht obtuvo sobre el "General lnvierno" hubiera podido ser más completa si el General Ritter Von Leeb hubiera cumplido la orden que se le dio de lanzarse francamente al ataque en Leningrado. Von Leeb, típico ejemplar de militar prusiano. siempre opuesto a Hitler y al nacionalsocialismo, objetó que la orden del Führer era técnicamente imposible de cumplir.

-Fue también Hitler y no sus generales. quien ideó el sistema de las llamadas "posiciones erizo", reductos fortificados que se dejaban cercar, deliberadamente por los soviéticos. Estos "erizos" cambiaban frecuentemente de posición y emplazamiento y aparecían por los lugares más inesperados, acosando por la retaguardia a los rojos que ya los habían rebasado. Muchos de estos "erizos" fueron sumergidos por la fuerza del número, pero contribuyeron a estabilizar el frente en aquel terrible invierno.

Franz Halder, antiguo Jefe del Estado Mayor de la Wehrmacht, había dogmatizado que el sistema de los "erizos era una ridiculez"... Más adelante, Hitler diría: "Salvo raras excepciones, nuestros generales no han sabido sacarles el máximo rendimiento a las maravillosas tropas de que disponían; sólo han creído en su ciencia... creen que una guerra puede ganarse retrocediendo... Mis generales son unos idiotas". Tal vez fuera ese juicio excesivamente severo, pero de lo que no cabe duda es de que los aciertos, la intuición, el genio, llámesele como quiera, de quien en definitiva, no era un militar profesional, crearon en ellos un complejo de despecho y humillación, que les llevó a menudo a sabotear sus órdenes o a cumplirlas a desgana.

En todo caso, el frente alemán se sostuvo con más o menos firmeza, y hasta se lograron algunos avances territoriales en el Sector Norte, donde los finlandeses avanzaron en dirección al puerto de Murrnansk.

Es precisamente en el invierno de 1941 a 1942 cuando unidades de voluntarios de toda Europa encuadrados en la Wehrmacht, luchaban en el frente ruso por primera vez. Italia envía, para empezar, seis divisiones; España su "División Azul"; Bélgica su "Legión Wallonie" al mando de León Degrelle, más una división de flamencos; hay tropas danesas, noruegas, croatas; holandesas, estonianas, los SS letones, un batallón de irlandeses, otro de suecos, la "Legión de Volontaires Français" con su "División Charlemagne" (1)... Hay, naturalmente, junto a los alemanes; sus aliados rumanos, búlgaros, eslovacos, húngaros y finlandeses... y hay, sobre todo, ¡representantes de los pueblos de la Gran Rusia...!

Hombres que luchan contra el Comunismo impuesto a su respectivos pueblos. 55.000 cosacos que, a las órdenes de Von Pannwitz y del atamán Domano, actúan en Ucrania; 5.000 kalmucos; 105.000 armenios y georgianos; tres divisiones ucranianas; más de cien mil turkestanos; 40.000 tártaros: una división bielorrusa y trescientos mil gran-rusos que, a las órdenes de Vlasov lucharán desde 1944 hasta el final de la guerra contra el Marxismo.

Empero, la cooperación de los pueblos de Rusia en la batalla contra el bolchevismo hubiera podido -y debido- ser mucho mayor. La culpa de que así no fuera hay que cargarla en el debe de los alemanes, Berlín se equivocó en el planteo político de la campaña de Rusia, en vez de organizar una guerra de liberación ciertos servicios alemanes pretendieron llevar a cabo una guerra de conquista. Muchas energías antibolcheviques, latentes sobre todo en Ucrania y el Cáucaso, fueron, así. desaprovechadas. En 1944, y por orden personal de Hitler, se cambió de política en el Este, pero entonces ya era demasiado tarde.

La increíble falta de tacto político del "Gauleiter" de Ucrania, Koch y del ministro Alfred Rossenberg, así como los excesos represivos de ciertos generales muchas veces actuando en desacuerdo con las directivas de Berlín ófue una ayuda inestimable, para Stalin.
-EXITOS DE ROMMEL EN AFRICA DEL NORTE-

La ofensiva de Rommel había sido detenida por falta de combustible. La aviación italiana no lograba asegurar una protección suficiente para los petroleros que atravesaban el Mediterráneo, la mayoría de los cuales eran hundidos por los ingleses. La Flota Italiana, por su parte continuaba encerrada en el Adriático, pese a las conminaciones de Mussolini. Así mientras Rommel y Bastico veían sus reservas en hombres y material reducidos de día en día, los Aliados, inversamente, lograban organizar una Fuerza formidable que al mando del General Aunchinleck. se lanzó al ataque el 18 de Noviembre de 1941. El famoso Octavo Ejército Británico lo componían aproximadamente un cincuenta por ciento de ingleses y el resto eran egipcios, australianos, neozelandeses, indios, pakistaníes y dos divisiones de judíos y polacos.

-La suerte favorece a Rommel. Una tremenda tempestad de arena disimula los movimientos alemanes. Los Aliados son cogidos por sorpresa: cunde el pánico y el Octavo Ejercito está a punto de quedar totalmente cercado. Bastico, vejado porque Rommel no le ha informado del ataque que preparaba, recuerda a éste que le debe subordinación y obediencia. La entrevista es tempestuosa: Bastico intima a Rommel la orden de replegar sus tropas. Rommel se niega. Bastico amenaza: "Las tropas italianas no le seguirán"... "Sabré pasarme de su concurso" responde el Zorro del Desierto. La ofensiva sigue su curso: durante dos días los italianos no siguen el avance alemán. Finalmente, a regañadientes, Bastico, siguiendo las ordenes del Mariscal Hugo Cavallero, ordenará a sus tropas de pasar al ataque. Pero se ha perdido un tiempo precioso. Con todo, en solo cinco días, el Octavo Ejército ha perdido las dos terceras partes de sus carros de combate: veinticinco mil soldados Aliados son capturados. Rommel llega a las puertas de Tobruk, la mayor fortaleza del Africa del Norte. Pero su ofensiva debe detenerse una vez más por falta de carburante.

Después de unos meses de relativa inactividad, Rommel se lanzó nuevamente al ataque a finales de Marzo (1942), rompió una vez más el frente británico y capturó Tobruk, haciendo treinta y cinco mil prisioneros. El Octavo Ejército fue una vez más derrotado, llegando Rommel a conquistar más de medio Egipto y deteniéndose en El Alamein cuando el carburante para sus tanques se agotó. Por otra parte, abundantes refuerzos habían llegado de la India y de América, y el Octavo Ejército fue nuevamente reconstruido. Montgomery sustituyó a Aunchinleck y se preparó para una nueva ofensiva, que sería desencadenada brillantemente en el Verano de 1942.
-LA GUERRA EN EL ORIENTE MEDIO-

Derrotados desde Narvik hasta Creta, en Libia y Egipto. sufriendo revés tras revés en el extremo Oriente (2) los británicos sólo obtenían victorias militares en el Oriente Medio.

Después de la ocupación de Siria y el Líbano y del posterior ataque, conjuntamente con los soviéticos, contra el Irán, las tropas británicas y la Legión Arabe al servicio de Inglaterra sostuvieron feroces combates contra los nacionalistas irakies de El Gailani.

La represión en el Irak coincidió con las promesas de "independencia" hechas a Siria y el Líbano. Claro es que los gobiernos establecidos entonces en Beirut y Damasco eran partidarios de la ayuda de los Aliados, mientras El Galiani se desentendía totalmente de la guerra entre las potencias del Eje y los países democráticos.
-LA BATALLA DEL ATLANTICO-

La Flota Inglesa sufrió, en 1942, los más rudos golpes de toda su historia. A pesar de la enorme ayuda que significó la entrada de los Estados Unidos en la contienda, el arma submarina alemana estuvo a punto de provocar el desplome del lmperio Británico, según reconoció el propio Churchill. Seis millones de toneladas de buques ingleses fueron hundidas por los alemanes. A esta cifra hay que añadir otros dos millones de toneladas de barcos americanos. Los submarinos de Doenitz operaban en todos los mares, desde el Océano Glacial Artico hasta el Indico; aparecieron incluso en el Antártico y en pleno Mar Rojo. Afanosamente buscó el Almirantazgo medios para contrarrestar la mortífera eficacia de los submarinos adversarios; a cada medida respondían Doenitz y Raeder con una contramedida que restablecía la anterior situación. Por cada navío que los astilleros ingleses, trabajando sin parar, construían, los alemanes hundían tres. La situación llegó a ser tan desesperada para los ingleses que hubo un momento -en Febrero de 1942- que las Islas Británicas sólo dispusieron de una reserva de víveres para escasamente un mes.

La Luftwaffe, los pequeños destructores y torpederos de la Marina de Superficie y las minas magnéticas hundieron, además, medio millón de toneladas.

Las pérdidas de la Marina de Guerra fueron, igualmente, muy elevadas. En el Mediterráneo, los sumergibles hundieron a los portaaviones "Eagle" y "Ark Royal" y al acorazado "Barham", así como a seis cruceros y cinco buques cisterna,

Pero los mas dolorosos golpes fueron asestados en el Atlántico. Está fuera de toda duda que sin la entrada de Estados Unidos en la guerra, Inglaterra hubiera debido retirarse del conflicto, lo que hubiera permitido al Reich concentrar todo su esfuerzo en Rusia. Incluso puede afirmarse, sin exageración, qué si Roosevelt no logra hacer entrar a América en el conflicto en Diciembre de 1941, y tarda sólamentente, más, se hubiera encontrado en la disyuntiva de pedir la paz o perecer de inanición.

En las trágicas circunstancias en que se hallaban, los ingleses apelaron a todos los medios para tratar de hacer llegar víveres y armamentos a las Islas. Por ejemplo; empezaron a utilizar buques de pasajeros con transportes de tropas y de material bélico. Esto dio lugar al penoso incidente del "Laconia". Este vapor de línea de 20.000 toneladas fue hundido por un submarino alemán cerca de Ciudad del Cabo.

El propio oficial artillero de este inofensivo buque de pasajeros como lo denominó el comunicado oficial del Almirantazgo Británico manifestó que el "Laconia" poseía ocho cañones, ametralladoras antiaéreas, cargas de profundidad y aparatos "Asdic" para la detección de submarinos. El barco transportaba 700 soldados británicos, 160 soldados polacos, 1.800 soldados italianos que habían sido hechos prisioneros por los ingleses en Etiopía, y ochenta mujeres y niños. El propio Doenitz ordenó por radio al comandante del submarino que suspendiese su misión de guerra, emergiera., atendiese a los náufragos y heridos y pusiera sobre aviso a otros submarinos alemanes que operaban en aquella zona para tratar de salvar el mayor numero posible de vidas. Después de cumplir la orden, el sumergible U-156 envió un mensaje por onda internacional de 600 metros, comunicando que había podido salvar a algunos náufragos y que si navíos ingleses de salvamento querían acercarse a aquella área no serían atacados. Dos días después Ilegaron los submarinos alemanes, que recogieron a unos doscientos náufragos, mientras unidades de la Marina Francesa, enviadas por orden del Gobierno de Vichy desde Dakar se acercaban al lugar del hundimiento para hacerse cargo de los botes repletos de náufragos.

-Pero los ingleses, en vez de enviar socorros, enviaron a su aviación, que bombardeó a los submarinos alemanes, los cuales debieron suspender las operaciones de salvamento. Casi la mitad de los náufragos pudieron ser salvados, siendo de destacar la intervención de los buques franceses "Anamite" y "Gloire" que salvaron muchas vidas. Según el Almirante Doenitz (1) "después de que el torpedo había hecho explosión en el "Laconia", los ingleses cerraron con llave las celdas de los presos italianos y trataron de impedir con las armas que éstos pasaran a los botes salvavidas. Esta fue la causa de que el número de italianos salvados fuera tan reducido".

EI comportamiento de los Aliados en el episodio del "Laconia" contribuyó en gran manera a la progresiva deshumanización de la guerra en el mar. Los métodos de la guerra total fueron introducidos, también, en este escenario de combate, por las "democracias" y no por los estados totalitarios. Es está una verdad que ninguna propaganda aliadófila ha sido capaz de soslayar.
-OCUPACION BRITANICA EN MADAGASCAR-

Después de sus triunfos en Siria, Líbano, Persia y el Irak, los ingleses se apuntaron un nuevo éxito, a principios de Mayo de 1942. EI día 5, tropas británicas y sudafricanas desembarcaron en Madagascar. EI puñado de franceses leales a Vichy capituló el día 9.

El Comunicado Oficial del Gabinete de Guerra británico, presidido por el propio Churchill declaró que Madagascar había sido ocupada para impedir un desembarco japonés. Nada más fácil para los "fascistas" de Tokio que atravesar todo el Océano Indico, unos seis mil kilómetros y apoderarse de Madagascar.(¡!)

He aquí una suculenta frase del vizconde Halifax, dirigiéndose a la prensa americana: "Es agradable constatar que el Eje no es siempre el primero en el terreno de las iniciativas."
-AYUDA MASIVA DE OCCIDENTE A LA URSS
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Mucho se ha dicho acerca de la masiva ayuda dispensada por los anglosajones a sus aliados soviéticos. Citaremos, tan sólo, unas cifras que revelan elocuentemente hasta que punto las democracias occidentales se volcaron en el socorro de su amenaza de hoy.

Los Estados Unidos enviaron a la URSS 15.000 aviones de combate; 7.200 tanques; medio millón de camiones "jeeps" y tractores, un centenar de barcos de transporte y toda clase de mercancías, víveres y municiones.

La Gran Bretaña, por su parte, envió 6.500 aviones, 5.000 tanques, 4.000 cañones, y materias primas por valor de unos cuarenta y cinco millones de libras esterlinas; A todo esto hay que añadir el envío de técnicos y científicos y la cesión de informaciones de carácter militar.

Sin esta enorme ayuda, Stalin se hubiera ciertamente desplomado en el Verano de 1942. Y, a pesar de ella, a un paso estuvo de la derrota total... Una derrota absoluta frente a, escasamente, los dos tercios del Ejército Alemán, que debía dedicar más de dos millones y medio de hombres a combatir en Africa del Norte, guarnecer los extensos territorios ocupados, asegurar las defensas antiaéreas y los servicios de seguridad y Marina.
. . .HASTA LAS MONTAÑAS DEL CAUCASO
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La ofensiva Ianzada por Timoshenko a mediados de Mayo en dirección a Kharkov terminó en un absoluto fracaso. Doscientos mil soldados soviéticos fueron hechos prisioneros. Otra ofensiva lanzada en el sector del Wolchow terminó con la destrucción del segundo Ejército Soviético. Un tercer intento para romper el cerco de Leningrado fracasó igualmente.

Al llegar el verano, la Wehrmacht organizó dos grandes ofensivas; una rumbo al Sur, hacia el Cáucaso; otra rumbo al Este, con dirección a Stalingrado. Todo el frente soviético, desde Kursk a Rostoff debió ceder. Las tropas de Von Kleist treparon por las montañas del Cáucaso, y en el Elbruz, el pico más alto de Europa, ondeó la swástika.

Mientras tanto, las tropas de Von Paulus conseguían abrirse camino hasta Stalingrado.

La moral soviética se resquebrajó nuevamente. Ocurrieron alzamientos en la retaguardia. Los cosacos se sublevaron, y crearon grandes dificultades a las fuerzas de represión contra ellos enviadas. Hubo también rebeliones en Georgia, -Azerbaidján y entre los kurdos de Armenia. Volvieron a menudear las deserciones en el Ejército Rojo. Stalin, presa del pánico, no cesaba de urgir a sus aliados occidentales que abrieran un segundo frente en las costas de Francia... como si no existiera ya en Egipto, en el Atlántico y sobre los cielos de Europa, sin olvidar la labor de los guerrilleros que, sobre todo en Serbia y Croacia, entretenían numerosas divisiones alemanas que, en el Este hubieran podido contribuir a hundir definitivamente la moral del Ejército Rojo.

El desembarco en Francia era, aun, imposible, pero Roosevelt y Churchill encontrarían una adecuada compensación en Africa del Norte.
-EL ALAMEIN
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La mañana deI 23 de Octubre de 1942, las tropas del Octavo Ejército británico, al mando, de Montgomery, se lanzaron a la ofensiva partiendo del Alamein donde había quedado detenido el anterior ataque de Rommel, por falta de combustible. Las tropas británicas disponían de más del doble de efectivos que su oponente y del triple de tanques; la superioridad aliada en aviones era de once contra uno.

La propaganda inglesa ha pretendido hacer creer al mundo que la victoria de El Alamein fue un nuevo Austerlitz y Montgomery un segundo Napoleón. La realidad es que la batalla fue ganada por la producción bélica y la superioridad numérica. Rommel hizo prodigios para no ser copado y, en hábiles retiradas, logró mantener siempre un frente estabilizado, infligiendo, además, terribles pérdidas a su adversario. En el transcurso de esa batalla de persecución, Montgomery recibió ingentes cantidades de material de guerra y tropas de refresco, particularmente australianas e indias. En cambio, la ayuda recibida por Rommel fue mínima. La Marina de Guerra italiana seguía escondida en el Adriático, y su Aviación intervenía muy raramente. Así, los escasos petroleros y mercantes que se atrevían a cruzar el Estrecho de Sicilia eran impunemente hundidos por la R.A.F. y los cruceros británicos.
-DESEMBARCO ALIADO EN AFRICA DEL NORTE-

A pesar del bombardeo de Mers-el-Kébir, a pesar de Oran, de las invasiones de Siria, el Líbano y Madagascar, a pesar del bloqueo por hambre decretado por Inglaterra... a pesar del bombardeo de Dakar, de los crímenes de los "maquisards" armados por Londres, a pesar de las maniobras de los "gaullistas" londinenses hubo muchos, la mayoría altos cargos de Vichy que, queriéndolo o no, sabiéndolo o no, ayudaron a Inglaterra que siendo aliada de Francia, la trató infinitamente peor que su enemiga Alemania.

Mucho se ha hablado del "double jeu" de Vichy. Insólitamente, se ha mezclado el "honor" en tales trapisondeos; el "honorë" de Francia, según la interpretación de muchos -casi todos- sus militares de carrera, consistía en ayudar a los intrépidos "copenhagueantes" de Mers-el-kébir mientras, por el otro lado, se multiplicaban las zalemas al Reich y se mandaban trabajadores "voluntarios" a Alemania.

Ben Johnson dijo que "el patriotismo es el último refugio del granuja". Y Hawthorne "no es posible tener el cordero y el dinero de la venta del mismo". Refugiándose en el patriotismo la mayoría de "vichysois" contribuyeron positivamente, faltando a su palabra empeñada, a derrotar a quien tras haberles vencido y desarmado, les había tratado con dulzura impar en la Historia (3); para satisfacer su venganza por el buen trato recibido y la consiguiente humillación sufrida por su vieja xenofobia, los patriotas profesionales, los militares de carrera, los nobles con partícula, incluso "last but not least" ó los clérigos de choque, hicieron del "doble juego" una institución nacional.

Y lo grotesco del caso es que no se puede hablar, aún hoy día, muchos años después del fin de la tragedia, con los raros supervivientes entusiastas del "vichysmo" sin que esmalten su pesada conversación y sus fosilizados argumentos con continuas alusiones a "le honneur". En la vieja Europa pre-judaica del siglo XIX y principios del XX, antes de que Judas Iscariote y Mammon se convirtieran en sus deidades oficiales, una traición y una ruptura de compromiso -en una palabra, un "double jeu"- podían ser explicadas, e incluso justificadas, con diversas excusas o motivos, primordialmente, el "patriotismo". Pero a nadie se le ocurría emparentar tales gitanerías con el honor.

De la misma manera que no se puede tener el cordero y el dinero de la venta del mismo, tampoco se puede ser "patriota" ¡o creer serlo! y a la vez un hombre de honor. No se puede vivir libre, en un castillo, con criados alemanes a su servicio, habiendo dado palabra de militar "francés" de que no se evadiría, luego, efectivamente evadirse, como hizo el General Giraud... y luego tener el impudor de hablar de "honneur".

El más flagrante ejemplo de traición fraguada con la complicidad de Vichy fue el desembarco de tropas anglo-norteamericanas en Argelia, el 8 de Noviembre de 1941. El escritor Louis Rougier, panegirista acérrimo del Mariscal Petain, ha admitido que éste estaba de acuerdo con ChurchiII en muchos puntos y al corriente de las intenciones de los Aliados de desembarcar en Argelia. La numerosa y bien organizada comunidad judía de Argel colaboró activamente en la lucha contra los escasos franceses que, en Africa del Norte, ofrecieron resistencia a la invasión. (4)

Este inesperado ataque por la espalda motivó el definitivo hundimiento del frente alemán del Norte de Africa. A pesar de la enorme superioridad en efectivos humanos y material en favor de Montgomery no es probable que la ofensiva iniciada en el Alamein hubiera terminado por eliminar el frente germanoitaliano de Libia. Pero la tan inesperada como rápida ocupación de Argelia y la consiguiente invasión de Túnez cogieron el frente italo-germano del revés e imposibilitaron, prácticamente, toda defensa eficaz.

Las consecuencias del desembarco en Argelia repercutieron en el frente ruso, pues Hitler al ver al "Afrika Korps" cogido entre dos fuegos, debió retirar tropas y aviones que operaban en el frente del Volga y enviarlos a toda prisa al Mediterráneo. En aquel mismo momento estaba en todo su apogeo la terrible batalla de Stalingrado y la Wehrmacht tenía imperiosa necesidad de todas sus fuerzas.

Mientras Rommel se defendía como podía en el reducto de Cirenaica. Las tropas del Mariscal Von Arnim, que, enviadas desde Rusia, hacían frente a los angloamericanos, se veían casi totalmente desasistidas por los italianos, cuya obsesión parecía ser reembarcar y "volver a casa". Pese a todos estos contratiempos los alemanes aún lograron asestar un tremendo golpe a los norteamericanos en Kasserine (Túnez), en Febrero de 1943.

Pero este postrer zarpazo no impediría el definitivo hundimiento del frente germanoitaliano en Africa del Norte. Von Arnim, cayó prisionero con los restos maltrechos de sus tropas, pues, por enésima vez, la Flota Italiana que continuaba en el Adriático se negó a prestar su apoyo a los mercantes que debían preceder al reembarque del "Afrika Korps" y de los soldados de Bastico.
-STALINGRADO-

Venciendo la formidable oposición de las tropas del mariscal Zhukov, el Sexto Ejército Alemán consiguió llegar a controlar la ciudad de Stalingrado. Durante semanas y semanas se combatió en la ciudad, calle por calle y casa por casa. La consolidación de Stalingrado por los alemanes era decisiva. Si se lograba, ni siquiera la formidable ayuda angloamericana sería suficiente para compensar su pérdida. Centro de comunicación vital, pues unía Moscú al Cáucaso, el petróleo ruso, las tres cuartas partes del cual se producen, justamente en el Cáucaso, quedaría inevitablemente bloqueado y caería con toda probabilidad en poder de la Wehrmacht.

Por esa razón Stalin mandó a todas sus reservas a ese frente. Hitler, que ya dirigía personalmente las operaciones en el frente ruso, no pudo concretar, en cambio todo su esfuerzo en ese sector vital, a causa del brusco empeoramiento de la situación en Africa del Norte. Quince divisiones de la reserva, listas para ser enviadas al frente del Volga, debieron ir al nuevo escenario en Túnez, así como 500 aviones que tanta falta hacían en Stalingrado.

La presión soviética se fue endureciendo paulatinamente y, el día 19 de Octubre (1942) dos meses después de iniciada esa gigantesca batalla, los rojos consiguieron romper el frente por el Tercer Ejército Rumano, que quedó su sumergido por las masivas oIeadas del "rodillo ruso". Otro golpe gemelo aplicado en el ala opuesta del Sexto Ejercito motivó el cerco de esa brillante fuerza armada, que se había paseado victoriosamente por toda Europa. Trescientos mil hombres quedaron cercados en un cuadrado de unos setecientos kilómetros de lado. Von Manstein intentó romper el cerco, pues el Sexto Ejercito acosado, a la vez por tres Ejércitos soviéticos se veía obligado a actuar a la defensiva. La Luftwaffe trató de establecer un puente aéreo, pero la Aviación Roja, que había recibido abundantes refuerzos enviados por Churchill y Roosevelt, logró impedírselo.

A Von Paulus le falta, sobre todo combustible para sus tanques. Un nuevo ataque de Von Manstein le permite llegar hasta treinta kilómetros de la bolsa, pero sus tanques se quedan clavados en la nieve. Los soviéticos han mandado a ese sector tres ejércitos más con material modernísimo.

Luchando en proporción adversa de once a doce contra uno, sin víveres, sin medicamentos y sin combustible, la resistencia del Sexto Ejército, que se prolongó hasta el primero de Febrero, permitió a la Wehrmacht ganar un tiempo precioso. En efecto, si las tropas cercadas en Stalingrado no hubieran resistido durante dos meses y medio aferradas a las ruinas de la ciudad, todo el frente alemán del Cáucaso hubiera caído envuelto por la maniobra de cerco de Zhukov, y Ucrania se hubiera encontrado en una situación harto comprometida. Nueve ejércitos soviéticos fueron necesarios para derrotar al Sexto Ejercito Alemán; las pérdidas rojas fueron elevadísimas. El sacrificio del Sexto Ejército no fue, pues, vano. Permitió reajustar las líneas del frente y ganar tiempo. Los noventa mil supervivientes emprendieron un largo cautiverio. El Mariscal Von Paulus se rindió cuando ya no quedaban ni cartuchos para las tropas, ni combustible para los tanques. (5)

Por primera vez desde el principio de la guerra, un ejército alemán había sido derrotado. Este golpe y el del Africa del Norte fueron como un aviso de que la estrella de la Wehrmacht, aquella máquina perfecta, empezaba a declinar.
-LA GUERRA SUBVERSIVA-

Si bien ya desde el principio de la guerra el bando aliado había utilizado el recurso de la guerra subversiva -guerrilleros y francotiradores-, tal procedimiento llegó a alcanzar su punto culminante a finales de 1942 y 1943. Los efectos puramente militares de la acción subversiva fueron, en conjunto, negligibles. El propio general Eisenhower, comandante supremo de las tropas aliadas ha reconocido (6) que las actividades de la "Résistance" francesa por ejemplo, no acortaron la guerra ni aportaron una ayuda digna de mención a las tropas que desembarcaron en Normandía. (7)

Lo mismo puede decirse de los otros grupos de guerrilleros actuando en Bélgica, Holanda, Noruega y centroeuropea. Sólo en Yugoslavia, los "partisanos" comunistas de Tito y los nacionalistas del General Draza Milhailovich llegaron a constituir una relativa amenaza para las tropas alemanas de ocupación. Los "ustachis" croatas, pese a la ayuda germanoitaliana, se vieron frecuentemente en apuros, pues la aviación anglosajona enviaba ingentes cantidades de material bélico a Tito.

Pero en el aspecto psicológico, la actuación de esos guerrilleros fue de gran importancia. Que una "heroica" partida de maquis hiciera descarrilar un tren hospital, arrojara una bomba en un cinematógrafo o asesinara a un alcalde "colaboracionista" y que tales actos produjeran represalias del ocupante para impedir que la indisciplina y el caos se apoderaran del país, está en una lógica relación de causa a efecto. Que la masa neutra de la población civil pagara, muy a menudo, las consecuencias de este estado de cosas es, desgraciadamente, natural.

Pero esperar que la política de colaboración entre ocupantes y ocupados pudiera desarrollarse en el áspero clima creado deliberadamente por los Aliados y los guerrilleros a su servicio era utópico.

Paradójicamente, el lugar donde las actividades subversivas, ampliamente financiadas por Londres, obtuvieron su más señalado éxito fue el "Protectorado" alemán de Bohemia y Moravia. La R.A.F. arrojó paracaidistas cerca de la ciudad de Lídice con la misión de entrar en contacto con los grupos locales de partisanos y organizar con ellos el asesinato de Reinhardt Heydrich, dirigente máximo de la Gestapo, que se encontraba en aquella región. El atentado fue ejecutado con matemática precisión, bajo la dirección de un israelita llamado Peretz Goldstein. Heydrich había llevado a la Gestapo a un alto grado de eficiencia y su pérdida fue muy acusada.

Los servicios alemanes de policía del Protectorado cercaron en Lídice los guerrilleros y paracaidistas que en número de un centenar, habían participado en la operación. La mayoría fueron capturados y, de acuerdo con las leyes de la guerra, ejecutados. Los alemanes obligaron luego a las mujeres, ancianos y niños de la ciudad, que habían protegido a los guerrilleros y les habían prestado asilo, a partir. Lídice fue incendiada; la población masculina fue fusilada, según la versión dada por los servicios checos emigrados en Londres.(8)

En el único lugar donde las actividades de los guerrilleros tuvieron una auténtica trascendencia militar, aparte de Yugoslavia, fue en Ucrania, debido a que la Wehrmacht apenas podía cubrir el terreno conquistado por necesitar de todas sus unidades en primera línea. Amplias zonas quedaron, así, desguarnecidas, y elementos bolcheviques dejados sobre el terreno con este propósito pudieron organizar, utilizando a menudo el terrorismo como método de persuasión, batidas de partisanos que hostilizaban la retaguardia alemana, atacaban a los convoyes de pertrechos y destruían puentes y vías de ferrocarriles.
-EL RODILLO RUSO-

Mientras el Sexto Ejército se inmolaba en Stalingrado, luchando sólo contra nueve ejércitos soviéticos, las tropas de Von Kleist pudieron evacuar ordenadamente la zona del Cáucaso y establecer una sólida línea defensiva al Oeste de Kharkov, donde Zhukov se estrelló sufriendo graves pérdidas. Si en el sector Sur la situación pudo ser estabilizada, no sucedió lo mismo en el sector Norte donde los rojos, atacando con grandes concentraciones de tanques y aviones lograron obligar a los alemanes a levantar el cerco de Leningrado. Las bajas sufridas por los bolcheviques se contaban por decenas de millares, pero cada división aniquilada era substituida por otra.

Stalin explotó a fondo la inagotable demografía soviética, movilizando incluso a hombres de sesenta años, y utilizando a mujeres y ancianos en servicios auxiliares. A pesar de eso, las reconquistas territoriales del Ejército Rojo dependían exclusivamente del hecho de que no se le enfrentaba la totalidad de la Wehrmacht ni más de las dos terceras partes de los recursos bélicos de Alemania.

En 1943, el Reich debía atender a un sin fin de frentes creados por los occidentales, aparte del frente aéreo impuesto por la R.A.F. y la Aviación Norteamericana. Pero ni siquiera contando con esa forzosa dispersión de fuerzas de su enemigo pudo Stalin conseguir una ventaja decisiva. Miles de litros de sangre debió pagar por cada metro cuadrado de estepa reconquistada. Incluso la victoria de Stalingrado estuvo condicionada y posibilitada por el golpe que anglosajones y franceses "gaullistas", con la complicidad de los "vichystas" y la pasividad italiana pudieron dar, simultáneamente, en Noráfrica. Si Hitler no hubiera debido mandar sus últimas reservas a aquel sector entonces, el frente de Stalingrado hubiera podido ser mantenido lo suficiente para permitir a Von Manstein y a Hoth llegar a tiempo de consolidar aquella importantísima posición. Y mantener Stalingrado significaba la pérdida del Cáucaso para los soviéticos.

El impresionante rodillo ruso, empero, no fue capaz de explotar adecuadamente su enorme superioridad numérica y de material bélico. La potencialidad industrial anglosajona puesta al servicio de la demografía de la Gran Rusia hubiera sido definitivamente aplastada en las heladas estepas en 1942 o, lo más tarde, en 1943, por la Wehrmacht y sus escasos aliados sí las democracias Occidentales no hubieran conseguido abrir el triple frente de Africa del Norte, del Atlántico y del terrorismo aéreo contra Alemania, aparte del "frente interior" de partisanos, particularmente activos en Yugoslavia y Ucrania.

La masiva ofensiva lanzada por Zhukov a mediados de 1943 no sólo no logró perforar las líneas alemanas, sino que se saldó con un fracaso absoluto y un repliegue soviético de más de cien kilómetros, permitiendo a la Wehrmacht recuperar nuevamente la ciudad de Kharkov.

En Julio de 1943 el Alto Mando Alemán lanzó una ofensiva en el área Orel-Belgorod-Kursk; la finalidad de esa operación era eliminar un saliente del frente, el cual los soviéticos habían concentrado ochenta divisiones. Esa Operación, que recibió el nombre clave de "Ciudadela", se inició con los mejores auspicios, pero el desembarco angloamericano en Sicilia obligó a Hitler a traer más tropas del frente ruso y enviarlas a Sicilia, Cerdeña y Grecia. La audaz operación quedó así truncada, pues la doble tenaza de cerco alemana perdió fuerza y los rusos pudieron retirarse con la mayor parte de su equipo.

Una vez más, una oportunísima maniobra militar anglosajona, auxiliada por la debilidad italiana, permitió a Stalin evitar una sangrienta derrota.
-ITALIA SE TAMBALEA- DESEMBARCO ALIADO EN SICILIA-

La Isla de Pantellaria, situada en el Estrecho de Túnez, fue capturada por los anglosajones sin disparar un sólo tiro. 15.000 soldados italianos se rindieron al acercarse las naves de desembarco enemigas. Unos días después era ocupada la isla de Lampedusa. El 9 de Julio (1943) quince divisiones aliadas fueron desembarcadas en Sicilia, donde había nueve divisiones italianas y cuatro alemanas. El desembarco estuvo a punto de terminar en una hecatombe. Un temporal, tan formidable como inesperado, arrojó numerosas barcazas de desembarco contra los acantilados; el viento arrastró docenas de planeadores británicos y canadienses; muchos cayeron al mar. Las operaciones de desembarco se retrasaron en vanas horas.

En tales circunstancias, un ataque audaz de los germano-italianos hubiera rechazado sin dificultades la proyectada invasión de la isla, a pesar de la protección de la Flota y la Aviación aliadas. Pero los italianos no quisieron secundar el ataque y se replegaron hacia el centro de Sicilia. Los alemanes establecieron un reducto defensivo en las zonas montañosas y lograron mantener la resistencia hasta el 17 de Agosto. (9)

Un tercio de los soldados italianos en Sicilia desertaron; los restantes apenas ofrecieron resistencia. Si el Ejercito Italiano dejó, prácticamente de luchar en Sicilia, la moral de la retaguardia llegó a su punto más bajo. Mussolini, que tantos partidarios tenía, o parecía tener, en las horas grandes del Fascismo, fue abandonado por la mayoría del pueblo italiano al producirse los primeros reveses militares. El primer bombardeo de Roma -que no admitía parangón con los que a diario sufrían Berlín, Hamburgo, Colonia y todas las grandes ciudades alemanas- provocó un pánico histérico que prendió hasta en los altos cargos gubernamentales. Los generales Hugo Cavallero y Zaussi, del Estado Mayor, el General Amé, Jefe de los Servicios de contraespionaje y diversos miembros del Cuerpo Diplomático empezaron a facilitar información sobre las bases alemanas en la Península y a instar urgentemente a los anglosajones para que desembarcaran cerca de Roma.

En la "carrera hacia la traición" que se desencadenó varios altos gerifaltes del "Gran Consejo Fascista" no llegaron ciertamente en los últimos lugares. El día 25 de Julio (1943) fue este Gran Consejo el que decidió el derrocamiento de Mussolini. Al día siguiente el Rey lo llamó a Palacio y, a traición, lo mandó prender.(10)

Mussolini fue enviado primero a Ponza, después a Cerdeña, y finalmente al Gran Sasso. Pero una unidad de planeadores y paracaidistas alemanes, al mando del Coronel de las SS, Otto Skorzeny, logró rescatarle en una operación personalmente ordenada por Hitler, que pasará a la Historia como un caso único de precisión, inventiva y valor.

Mussolini fue substituido por el Mariscal Badoglio, el titulado Héroe de Etiopía. Este héroe prometió que su Gobierno seguiría luchando lealmente al lado de Alemania. Pero mientras tal prometía estaba preparando una espectacular "volte face". El 3 de septiembre, los Aliados desembarcaban en Reggio (Calabría), y cinco días después el Gobierno Italiano firmaba la paz separada con los enemigos de la víspera y declaraba la guerra a Alemania (11).

La situación, número de efectivos, dispositivos confidenciales y fuerza real de las seis divisiones alemanas que se encontraban en Italia fueron comunicadas inmediatamente a Eisenhower, Jefe Supremo de las Fuerzas Aliadas. La Flota Italiana, que había pasado la guerra escondida en los puertos del Adriático, zarpó el 7 de Septiembre "para luchar o morir" como dijera dramáticamente el Ministro de Marina, Conde de Courten. En vez de ello, lo que hizo fue ir a entregarse a los anglosajones. El acorazado "Roma", empero, fue torpedeado por los submarinos alemanes y el "Vittorio Véneto" resulto seriamente averiado.

El Alto Mando Alemán en Italia no se dejó sorprender por la situación insólitamente creada en el espacio de unas horas. Unidades enteras del Ejército Italiano fueron desarmadas por destacamentos especiales de las SS que actuaron con notoria. celeridad. Un número importante de "camisas negras" y algunas unidades de Infantería italianas permanecieron leales a la alianza con el Reich; el Mariscal Kesselring ocupó Roma sin resistencia. El Rey Víctor Manuel, Badoglio y varios, ministros anglófilos lograron huir acogiéndose a la protección anglosajona.

Aunque el cambio de actitud de Italia representó un golpe terrible para Alemania, es evidente que la presencia de ánimo de Kesselring permitió aminorar en gran parte los efectos del golpe. Con todo, Badoglio y sus seguidores lograron reforzar a los Aliados con 350.000 soldados italianos, 500 aviones y una flota de guerra de 125 unidades modernisimas. Además, contribuyeron a la formación y al sostenimiento de numerosas partidas de guerrilleros que operaron a espaldas del frente alemán en Italia y, aparte de sus acciones de sabotaje causaron la muerte de más de seis mil italianos adictos a Mussolini. Este, después de su espectacular rescate fundó, en Verona, el Nuevo Estado Italiano, o República Social, que se alineó resueltamente al lado de Alemania y habida cuenta de las circunstancias, prestó a ésta una ayuda relativamente apreciable.

El frente alemán de Italia, pues, se tambaleó, pero no se hundió. Las seis divisiones alemanas asistidas por algunas unidades fascistas italianas, se enfrentaron a diecisiete divisiones aliadas, en las que estaban representadas, prácticamente, todas las razas del mundo. Allí había senegaleses y brasileños, americanos y polacos, italianos de Badoglio, canadienses, indios, griegos, sudafricanos, marroquíes, australianos, neozelandeses, sirios y libaneses, paquistaníes. . . Todos acudían a defender a Europa contra la barbarie nazi. Pero los valientes cruzados de la Democracia fueron bruscamente detenidos al Norte de Salerno, en cuya playa habían logrado desembarcar gracias a la "volte face" italiana el 10 de Septiembre.
-EL GUIÑOL AFRICANO-

La situación política en Africa del Norte, entretanto, se asemejaba a un guiñol. Cada uno de los tres aliados utilizaba a sus muñecos franceses en la lucha de influencias que se desarrollaba. Evidentemente, el hombre de Inglaterra parecía ser De Gaulle, pero la City se equivocó totalmente en sus cálculos, pues mientras aquél que debía su carrera política a la Gran Bretaña, flirteaba abiertamente con los comunistas. Estos acaudillados por André Marty, el Carnicero de Albacete, obedecían, huelga decirlo, a Moscú. El tercero en discordia era el General Henri Honoré Giraud, el hombre de Washington.

Argel se convirtió en un patio de Monipodio. Cada cual hacía frenéticos esfuerzos para apoderarse del Poder. Ciertas personalidades de Vichy, que antaño habían jugado la carta de la colaboración franco-alemana, empezaron a emigrar al Africa del Norte. La grotesca bufonada terminó, como es corriente en estos casos, en un mar de sangre. El camarada Marty, primer consejero del General De Gaulle, habla:

"Lo que deseamos es el triunfo del Comunismo en todo el mundo. Seamos dignos de la confianza de nuestros amigos soviéticos. No luchamos por la burguesía ni por generalitos fracasados..."

Cinco mil comunistas aplauden, entusiasmados. Los hombres de De Gaulle disparan contra la multitud. Marty se lo toma bastante mal... Pero todavía se necesitan el uno al otro y el idilio gaullo-comunista continuará por algún tiempo.

El Almirante Darlan, que lo ha sido todo (pétainista, antipétainista, germanófilo, anglófobo, y americanófilo, sin dejar de ser discretamente sovietófilo) decide volverse francés realista, y se presenta en Argel nombrándose a sí mismo Alto Comisario del Consejo Imperial Francés. Pero nadie necesita a Darlan. Por grandes que hayan sido los servicios prestados por este notorio francmasón a los Aliados con sus tácticas dilatorias y equívocas (12) no es menos cierto que su misión ya ha terminado y que son otros quienes van a aprovecharse de sus maniobras. Y Darlan es asesinado en un taxi... ¿Por quién? Responda el adagio latino ¿Cui prodest?

Igual suerte seguirá Pierre Pucheu, otro oportunista de la política y seriamente ligado al Movimiento Sinárquico ultracapitalista. Pucheu, ligado a la Masonería, se había permitido expresar ciertas ideas propias no demasiado agradables a los comunistas. Personalmente, se había enemistado con De Gaulle y André Marty; Pucheu fue judicialmente asesinado, tras una parodia de proceso que fue poco apreciada por Londres y New York. El autor del asesinato legal de Pucheu fue el hebreo J. Abbadie que llegaría, con De Gaulle, a ser Ministro de Justicia.

Insidias, tráfico de influencia, traiciones y muertes -violentas y judiciales-. Y detrás de todo ese caos, una Fuerza consciente y perfectamente organizada: el Judaísmo. El General Dioméde Catroux, Gobernador General de Argelia; Leber, Director general de la "Banque de Lí Algérie" y alcalde de Argel; Jacques Sousteille, presidente del Comité "France-Israel", Ministro de Información; Georges Meyer, Director de la Oficina de Prensa del Ministerio de la Guerra. Y muchos más...
-DE MOSCU A TEHERÁN VÍA EL CAIRO-

El 18 de Octubre de 1943 se celebró en Moscú, la conferencia de la "Comisión Consultiva Europea". Los llamados "Big Three" -Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS- se irrogaron graciosamente, el derecho de dirigir los destinos del Continente Europeo, una vez definitivamente liberado del yugo hitleriano. El periódico londinense "The Observer" comentó:

"Es la primera vez en la Historia que una comisión política decidirá de la futura organización de Europa sin que ninguna nación europea tenga voz ni voto en las discusiones. Hoy, nadie puede extrañarse de ello, pues... se ha producido una colosal revolución en las relaciones internacionales.

"... La justificación de esta Comisión, sin contar con Francia ni con las otras naciones aliadas del Continente, está en el hecho de que, después del final victorioso de esta guerra, la Gran Bretaña, América y la Unión Soviética deberán, durante un cierto tiempo, mantener la pesada presión de una poderosa fuerza armada sobre Europa... Habrán, probablemente, algunas tropas indígenas (sic), en Francia, en Yugoslavia, en Grecia, etc... Pero serán reducidas a la nada por la coalición todopoderosa de los Tres Grandes."

Estos párrafos clarísimos no necesitan comentarios. Demuestran que lo que cuenta, para Londres, Washington y Moscú, excusas "humanitarias" y justificaciones ideológicas aparte, es dominar a Europa, incluso contra la voluntad de las tropas indígenas de los países aliados" del Continente. A pesar de la Cruzada Democrática. A pesar de la Carta del Atlántico.

Un mes más tarde, los "Tres Grandes" se reunían en Teherán. Stalin pide urgentemente la creación de un "segundo frente" en las costas occidentales de Francia. Churchill, que, cuando sus múltiples obligaciones masónicas y compromisos electoreros y sionistas se lo permiten, piensa "en inglés", prefiere un desembarco en Yugoslavia o en Grecia... en el llamado bajo vientre de Europa. Espera atacar a Alemania por el Sur e impedir, así, que los soviéticos lleguen, con la ayuda anglosajona, a ocupar el Centro del Continente, con lo cual, la vieja constante nacional inglesa del "Two po-wer standard" -uno de cuyos postulados es, precisamente, el equilibrio militar y político- pasaría a mejor vida. Stalin, inteligente, prefiere, en cambio, un desembarco en la costa occidental del Continente; sigue fiel a su línea política de pre-guerra: que se dañen mutuamente, lo más posible, democracias y fascismos, sabe que un desembarco en Francia prolongará la guerra y, por otra parte, obligará a Hitler a retirar muchas fuerzas del frente ruso... Así podrá él (Stalin) liberar (sic) gran parte de Europa, lo que habría sido impedido por la aplicación del plan de Churchill. (13)

Stalin no se contenta con esas demandas militares, y pone sobre el tapete sus reivindicaciones territoriales: parte de Finlandia, Besarabia, y Bukovina, los Estados Bálticos y media Polonia. Churchill objeta débilmente que fue justamente Polonia la causa -la pobre excusa- para declarar la guerra a Alemania. Pero Roosevelt apoya resueltamente a Stalin y se decide el sacrificio polaco.

Stalin, a continuación, manifiesta que considera como "zonas de influencia "soviética" Rumania Hungría, Checoslovaquia y Polonia". Nuevamente Roosevelt se muestra totalmente de acuerdo con su amigo del Kremlin. Y nuevamente Churchill se traga la serpiente.

Termina la Conferencia de Teherán. En el Cairo tiene lugar una continuación de la Conferencia, con asistencia de los Estados Mayores. Un nuevo "grande" se presenta con la pretensión de hacer oír su voz y sus "derechos": De Gaulle. Dos días permanece en las antesalas de las oficinas de Churchill y Roosevelt, sin ser recibido. Se le ignora; no existe. Por fin, logra una corta audiencia;. trata de hacer valer los derechos de Francia, pero todo lo que logra es ser fotografiado junto a Roosevelt y Churchill. Francia no interesa ya a nadie; cumplió su papel al inmolarse en la lucha contra Alemania. Después de la guerra, la IV República, con o sin De Gaulle, será un satélite de los "grandes" apoyándose ora en este, ora en aquel. La "víctoíre" consistirá en perder el rango de gran potencia, el lmperio, y, prácticamente, la soberanía nacional, la cual necesita de la fuerza para subsistir.

Pero tal vez lo más importante de lo debatido en este ciclo de conferencias de los "grandes", que cierra el año 1943, es la solemne adopción de un plan de genocidio destinado a Alemania: Un plan de asesinato colectivo, apenas encubierto, germinado en la mente enferma de un magnate judío y obedientemente oficializado por Roosevelt, Churchill y Stalin: el Plan Morgenthau.
-EL PLAN MORGENTHAU-

Henry Morgenthau, Secretario del Tesoro en la Administración rooseveltiana presentó un proyecto para el exterminio de medio pueblo alemán y la destrucción de Alemania como nación. Dicho plan, estudiado en la Conferencia de Casablanca y adoptado en Teherán, proponía:

1) Privar a Alemania de la totalidad de su industria.

2) Regular su producción agrícola.

3) Ocupar permanentemente su territorio.

4) Declarar "criminales de guerra" a todos aquellos alemanes que hubieran participado en tareas gubernativas o administrativas a partir de 1933.

5) Utilización de mano de obra alemana en batallones de trabajos forzados para la reconstrucción de las regiones afectadas por la guerra en Rusia o Inglaterra.

6) Suprimir toda clase de pensiones de guerra a viudas y huérfanos de guerra.

Morgenthau fue, asimismo, el creador y "alma mater" de la sedicente "Sociedad para la Prevención de la Tercera Guerra Mundial", cuya finalidad era velar para que se cumplieran todas las cláusulas antes citadas. Esa Sociedad trabajó activamente para que se llevara a cabo el desmembramiento de Alemania, en que se expulsara a los alemanes de los países neutrales, en que no se concedieran visados para ir a Alemania a súbditos de países neutrales, en que no se permitiera la emigración del país, y en poner mil trabas para el restablecimiento de los servicios postales y telefónicos con Alemania y Austria. Si todos estos puntos no pudieron ser íntegramente llevados a la práctica débese, primordialmente, a la oposición de una parte de las tropas aliadas de ocupación, y al hecho previsible de que ambos bloques, soviético y occidental, se apercibieron de que convenía conservar a Alemania -o una ficción de la misma- para servirse de ella contra sus nuevos enemigos, y aliados de la víspera.

El propio Cordell Hull, al que ni con las más calenturienta imaginación podría calificarse de "naz" le dijo a Roosevelt que "el Plan Morgenthau tiene como finalidad asesinar por inanición al cuarenta o cincuenta por ciento del pueblo alemán, y convertir al resto en una masa nómada, embrutecida y miserable. Dicho plan contradice al sentido común y nunca podrá ser adoptado por un gobierno americano. EI senador William Langa, por Dakota del Norte dijo, en el Senado, que "Mr. Morgenthau aparece, ahora, convicto ante el Tribunal de la Conciencia Humana como el instigador sistemático de la aniquilación de los pueblos de habla alemana." (14)

Morgenthau no estaba solo en su campaña de odio vengativo. Harry Dexter White (Weiss) y muchos otros correligionarios suyos le acompañaban en el "gang" de la "Society for the Prevention of the World War III". Grandes humanitarios como Einstein, Emil Ludwig, Goldstein, y tantos más.

Otra organización creada a instigación de Morgenthau fue el "Comité lnteraliado de Coordinación", que suministraba propaganda para las Naciones Unidas. El Secretario General de esa entidad fue el hebreo Isaac Hamwee.

Churchill fue el único que intentó oponerse a la materialización del plan Morgenthau, en Teherán, pero Roosevelt y Stalin decidieron llevarlo a la práctica. El viejo imperialista que era o, más exactamente, creía ser Churchill, quería mantener a Alemania viva, como pieza indispensable del "puzzle" de equilibrio continental, en el cual todavía se esforzaba en creer. Ya que sería difícil de imaginar que el inventor de los bombardeos de las poblaciones civiles alemanas -y no alemanas- el noble "copenhagueante" de Mers-el-Kebir, el hombre que faltando a su palabra, entregó a los chekistas centenares de miles de rusos emigrados a Occidente, obró movido por razones humanitarias.

Más bien debemos creer que el contrasentido permanente que es la vida de política de Churchill está provocado por sus alianzas fáusticas. A nuestro entender, el viraje que da el viejo imperialista y reaccionario en 1938 tiene una motivación económica. En el anteprólogo de esta obra se citan tres frases de Churchill, entresacadas de su libro "Grandes Contemporáneos" muy favorables a Hitler y Mussolini. Ese libro apareció en 1937. Pero en 1938, tras una serie de operaciones desgraciadas en la Bolsa de Londres, llevadas a cabo por sus agentes, Vickers & Da Costa, Churchill quedó en la ruina.

Entonces, el financiero australiano Sir Henry Stracosch ofreció a Churchill pagar sus deudas a fondo perdido. Tales deudas ascendían a la entonces colosal suma de 18.162 Libras esterlinas. Churchill aceptó en el acto y así no debió subastarse su castillo de Chartwell, ni retirarse de la política como era su deseo en vista de su bancarrota. A partir de entonces las "ideas" políticas churchillianas dieron un giro copernicano. Mencionemos, de paso que tanto Stracosch, el "generoso", como Vickers & Da Costa los "desafortunados" eran judíos. (15)
-INTENSIFICACION DE LA GUERRA AEREA CONTRA EUROPA-

La guerra aérea contra los civiles fue extendida en 1943 a toda la Europa ocupada o aliada de Alemania. Ocasionalmente, se atacaron, también, objetivos militares, pero que ello fue hecho sólo excepcionalmente nos lo demuestra el aumento constante de la producción bélica alemana. En 1944, cuando los bombardeos contra Alemania llegaron a su pleno apogeo fueron construidos, bajo la dirección de Albert Speer, más de veinte mil aviones. Atacar los centros bélicos de Alemania, muy bien protegidos, costaba la pérdida de, a veces, centenares de aparatos. Evidentemente, era más cómodo descargar las bombas sobre ciudades desprotegidas, a causa de no tener interés militar alguno. Además, eso facilitaba la realización de los objetivos de los provocadores -y, a la vez, los beneficiados- de la guerra. Abría una zanja de odio entre anglosajones y alemanes, de la cual sólo los bolcheviques se aprovecharían cumplidamente.

Pero el objetivo buscado por los altos mandos militares angloamericanos, es decir, provocar la desmoralización y el pánico entre la población civil, lanzar a ésta a una revuelta contra su gobierno y forzarle a pedir la paz para que cesaran los bombardeos de terror, fracasó rotundamentete (16).

En el segundo semestre de 1943, la Aviación Norteamericana secundó muy activamente a la R.A.F. en sus ataques terroristas. En una semana, Hamburgo sufrió seis bombardeos. Los aliados arrojaron más de ciento cincuenta mil bombas explosivas e incendiarias, así como dos mil quinientas latas de fósforo para activar los incendios. Un millón de personas se quedaron sin hogar; setenta y cinco mil perecieron. Los ataques los realizaban manadas de mil y más aviones.

A Hamburgo siguió Colonia; luego Kiel, Berlín, Lubeck, Halle, Viena, Budapest, Praga, Bucarest... También Milán, Turín, Pisa, Génova y Roma. Aviones cazabombarderos, volando a baja altura, arrojaron bombas sobre la Catedral de Colonia, sobre los edificios universitarios de Heidelberg, sobre el Palacio Verde de Galeano Alessi, en Génova.

Si el objetivo buscado por el terrorismo aéreo, es decir, provocar el hundimiento moral de Alemania y sus aliados, fracasó, decenas de millares de pilotos anglosajones perdieron sus vidas para satisfacer el anhelo de venganza talmúdico. El propio L. Mac Lean, Comodoro británico del Aire manifestó que la verdad sobre el terrorismo aéreo fue ocultada al pueblo inglés, (17) que nunca lo habría aprobado. Los ataques aéreos sobre objetivos civiles alemanes costaron a los vencedores 85.000.000.000 de dólares, sesenta mil muertos y más de cien mil heridos. Los destrozos materiales infligidos a las poblaciones civiles son incalculables, y el número de muertos inocentes no baja del millón y medio.

Innumerables manifestaciones del Arte y la Cultura europeos fueron sepultadas bajo las bombas. El Mariscal del Aire inglés Sir Arthur Harris calificó los bienes culturales que sus bombas destruyeron como "pseudo-arte europeo de baratija (18).
-DE MONTE CASSINO A LEROS-

El Mariscal Kesselring había conseguido lo que parecía imposible después de la traición de Badoglio: estabilizar el frente italiano, luchando en inferioridad numérica en proporción de uno contra tres, seis divisiones más dos de reserva contra diecinueve divisiones adversarias, con una aviación inferior y sin flota para proteger las largas costas de sus flancos la Wehrmacht logró evitar ser copada y, aún batiéndose en retirada, infligió a su poderoso adversario rudos golpes.

En Monte Cassino, la resistencia adquirió tintes heroicos. Tres asaltos aliados fracasaron sucesivamente. El 15 de Marzo de 1944 tuvo lugar uno de los más impresionantes bombardeos preparatorios que jamás se han visto. Durante cinco horas y media, 600 aviones y 900 cañones de largo alcance estuvieron machacando las posiciones alemanas. Luego siguió el ataque de la infantería, apoyada por gran número de tanques. Pero fue insólitamente rechazado por los supervivientes germanos.

Dos meses más tarde, empero, el Quinto Ejército Americano logró romper el frente al Oeste de Cassino. Kesselring debió abandonar la posición, tan bien defendida, para evitar ser copado: tropas francesas del Mariscal Juin fueron las primeras en poner pie en las ruinas abandonadas de Monte Cassino. La Wehrmacht se replegó al norte de Roma, sin perder la cara. Durante veintiún meses, en Italia, ocho divisiones que no recibieron ningún apoyo ni, casi, refuerzos, resistieron el ataque de diecinueve divisiones aliadas, que fueron constantemente reforzadas y renovadas y que contaron con el apoyo de fuerzas aéreas muy superiores y de una poderosa flota, a la que se unió el grueso de la flota italiana, con mandos anglosajones.

Pero allí donde la superioridad de los Aliados no fue tan absoluta, en 1943, la Wehrmacht logró, aún, asestar fuertes golpes. En Grecia, Creta y las Islas del Egeo, una parte de las guarniciones italianas intentaron entregarse, siguiendo las consignas de Badoglio. Pero la rápida intervención de las tropas alemanas logró impedirlo en todos los casos, con la excepción de Leros.

Pero fue, justamente, en esa isla, donde los ingleses sufrieron una completa derrota. Los paracaidistas alemanes, al mando del General de División Müller, lograron desalojar a los ingleses, pese al apoyo de unidades de la flota británica. En un audaz golpe de mano, veintiséis paracaidistas de las SS capturaron al general inglés Tilney y a su Estado Mayor, a 350 soldados ingleses y 150 italianos, rompiendo la espina dorsal de la posición anglo-italiana en la isla. Inglaterra que esperaba, en 1943, atacar Europa por el Sudeste fracasó, pese al apoyo italiano, debido a la acción de sólo veinticinco mil soldados alemanes, esparcidos en un arco de seiscientos kilómetros, desde Corfú hasta Lemnos, pasando por Creta.
-EMPIEZA EL REPLIEGUE GENERAL EN EL FRENTE DEL ESTE-

La formidable ayuda angloamericana había conseguido que los soviéticos contaran, desde mediados de 1943 en adelante, con una superioridad de siete contra uno en tanques, nueve contra uno en artillería y cinco contra uno en aviación. Los efectivos numéricos del Ejercito Rojo superaban, así mismo, a los de la Wehrmacht y sus aliados en una proporción de cinco y medio por uno. Gracias al admirable espíritu de lucha y casi increíble disciplina del Ejército Alemán pudo mantenerse incólume en el frente del Este. Replegándose ordenada y lentamente, haciendo pagar con usura cada metro cuadrado que los rojos recobraban, las tropas europeas llevaron a los soviéticos al borde de la postración. Stalin había amenazado en Teherán en una paz separada con el Reich si los occidentales no abrían pronto un segundo frente en las costas francesas. Echando mano de sus últimas reservas de hombres, pudo organizar su ofensiva de 1944, que terminó con la ruptura del sector central del frente del Este, en Minsk. El Mariscal Walter Model logró, no obstante, cerrar el boquete abierto por los rusos, tras infligirles graves pérdidas.

En Tscherkassy -sector Sur- siete mermadas divisiones alemanas fueron copadas por no haberse replegado a tiempo. Atacadas simultáneamente por treinta y cuatro divisiones rojas, los sitiados lograron romper el cerco, en una acción en que se combinaron la más indómita bravura con el valor de la desesperación y el frío cálculo estratégico. Soldados belgas de la "Legión Wallonie" hicieron prodigios de valor.

El 10 de Abril (1944), los soviéticos tomaron Odessa. La posición erizo que los alemanes habían dejado en Sebastopol resistió durante dos meses y causó gran número de bajas a los asaltantes, pero debió capitular cuando ya se habían agotado las municiones, el 9 de Mayo. A lo largo de todo el frente, el rodillo ruso avanza, ensangrentado. El pequeño Ejército Finés recibe un duro golpe en Carelia Central y pierde todo el terreno trabajosamente conquistado. La Línea Mannerheim es rota. Helsinki pide ayuda a Berlín, que no puede proporcionarla.

Conforme se va agravando la situación en el frente ruso, aumentan las concentraciones de tropas angloamericanas en el Sur de Inglaterra y los rumores de invasión del Continente se vuelven cada vez más insistentes. Esto obliga a Hitler a retirar fuerzas de Rusia y de los Balcanes para enviarlas a Francia y a Bélgica. Simultáneamente, la actividad de los guerrilleros serbios se incrementa.

En Berlín se aperciben de que la situación es cada vez más desesperada. "Tráigame Vd. la paz con Inglaterra o con Rusia" le dice Hitler a Ribbentrop (19). Los soviéticos parecen sumamente dispuestos a un alto el fuego, pues tal solución colmaría sus objetivos políticos permanentes: Que los pueblos occidentales se destrocen entre sí, mientras la URSS restaña sus heridas para preparar el siguiente golpe. Agentes soviéticos en Estocolmo ofrecen la posibilidad de una paz en el Este de Europa: única condición, que los alemanes se retiren detrás de la línea de demarcación existente antes del 21 de Junio de 1941, y que la URSS tenga manos libres en Extremo y Mediano Oriente. El Japón, que se ve cada vez envuelto en mayores dificultades en el Pacífico, y debe mantener inmovilizado el setenta por ciento de su ejército en China, apoya de inmediato esta solución. China sería para los soviéticos, mientras los nipones dedicarían todo el peso de sus fuerzas a combatir contra los americanos en el Pacífico y Birmania.

Pero Hitler no se fía en absoluto de la URSS y prefiere una paz separada con Occidente. Mas ya en la Conferencia de Casablanca, Roosevelt y Churchill han proclamado como intangible el principio de la "rendición incondicional", principio estúpido e impolítico, que prolongará innecesariamente la guerra durante casi dos años más, en perjuicio de todos, menos del Bolchevismo. Todos los esfuerzos hechos por Ribbentrop para lograr la paz en el Oeste, resultan vanos. Los Aliados han publicado los "comptes rendus" de las Conferencias de Casablanca y Teherán, han dado a conocer los detalles del innoble Plan Morgenthau; sabiendo que su única alternativa es resistir o morir, mantenerse en pié o desaparecer como nación unida y libre, los alemanes endurecen aún más su resistencia. Así se desperdiciará una posibilidad de detener la carnicería que asola a Europa.
-DESEMBARCO EN NORMANDIA-

El 6 de Junio de 1944, el grueso de las flotas inglesa y americana, protegiendo a innumerables navíos de transporte, se acercó a la costa francesa y facilitó los primeros desembarcos de tropas. Tres mil aviones cubrieron a una flotilla de planeadores que arrojó veinte mil hombres a retaguardia de las líneas alemanas. Los Aliados utilizaron, en total, en esa operación: 13.000 aviones, 4.300 naves de transporte y de guerra, 2.000 planeadores y noventa y una divisiones. (20) La invasión de Europa dio comienzo en la zona comprendida entre Cherburgo y Arromanches. A pesar de su inferioridad numérica, las tropas de von Rundstedt se lanzaron a un violento ataque que rechazó a los ingleses hacia la playa. Pero la llegada constante de refuerzos procedentes de Inglaterra logró consolidar la cabeza de puente.

Los restos de la flota submarina alemana se sacrificaron en una batalla desigual contra la fuerza combinada de las dos mayores flotas de guerra del mundo, y lograron hundir a más de trescientos barcos cargados de tropas y material. La Luftwaffe lanzó sus últimas reservas al combate, consumiéndose en una lucha desigual. (21) El Alto Mando Alemán se vio nuevamente obligado a hacer prodigios maniobreros para extraer fuerzas de otros frentes y mandarlas a Francia. El frente balcánico, en particular, quedó casi totalmente desguarnecido, lo que permitió a los ingleses iniciar el asalto a la fortaleza europea por el Sudeste, saltando de isla en isla, en el Mar Egeo. Cinco divisiones selectas, de las SS fueron rápidamente transportadas del frente ruso al francés, al mismo tiempo que Stalin preparaba una nueva ofensiva en el sector Central. El Reich, atacado por cuatro puntos a la vez -Rusia, Francia, Italia y, en mucho menor escala, los Balcanes- empezaba a desmoronarse. Sólo la fe en las armas secretas anunciadas por Hitler y el Doctor Goebbels mantenía aun viva la llama de la esperanza.
-LAS ARMAS DE LA REPRESALIA-

La propaganda aliada pretendió que las armas secretas de que hablaba Hitler en sus discursos eran un bluff destinado a sostener la moral de sus soldados. No obstante, los hechos demostrarían la falsedad de esas afirmaciones. La técnica alemana hizo verdaderos prodigios en el curso de la contienda, muy especialmente a partir de 1942.

Las bombas volantes V-l y V-II pasaron su fase experimental en 1942 y su producción en serie se inició en 1943. Existía, además, el prototipo de una V-3, de efectos aun más demoledores que las anteriores. El inconveniente principal radicaba en la falta de tiempo. Las bombas y llegaron demasiado tarde. De haberlas podido utilizar dos o tres semanas antes, los alemanes hubieran probablemente evitado el desembarco de Normandía. Hay que tener en cuenta que las primeras bombas volantes fueron lanzadas sobre Londres y el Sur de Inglaterra el día 13 de Junio, es decir, siete días. después de haberse realizado el desembarco en Normandía. No cabe duda de que la mortandad entre las tropas destinadas a la Invasión hubiera sido terrible, dada su abigarrada concentración en aquella reducida zona.

El mismo Eisenhower ha admitido (22) que si Alemania hubiera podido utilizar las bombas V unas semanas antes de lo que lo hizo, la operación "Overlord" (nombre en código del desembarco de Normandía) habría sido imposible llevar a la práctica.

Pero la gran esperanza de Hitler era la bomba atómica. En 1939, Otto Hahn, físico alemán de renombre mundial (23) descubrió que mediante el bombardeo de núcleos de uranio por neutrones se producía un fenómeno llamado "kerns-paltung" o desintegración nuclear. El seis de Enero de 1939, la revista alemana "Ciencias Naturales" publicó el feliz resultado de las experiencias realizadas a este respecto en el "Káiser Wilhelm lnstitüte". Como indica Salvador Borrego en "Derrota Mundial", en dicho Instituto trabajaba una hebrea (24), Lisa Meitner, quien inmediatamente se traslada a Suecia y comunicó a New York todo lo que sabía acerca de los experimentos atómicos alemanes. Según Marschalsko (25) la Meitner informó a América a través de un físico danés, correligionario suyo.

Pronto se formó en New York un clan de científicos que, basándose en los descubrimientos de Otto Hahn y sus colaboradores del "Káiser Wilhelm lnstitute" y en sus propios conocimientos, se dispuso a producir la bomba atómica para Norteamérica. O, más exactamente, para la América de Roosevelt, puesto que ni el Congreso, ni el Senado, ni el propio Gobierno fueron informados.

Formaban este equipo los judíos Albert Einstein, emigrado de Austria; Robert Oppenheimer, judío graduado de la Universidad de Gottingen; Léo Szilárd, judío de Budapest; Klaus Fuchs, judío alemán (26) y -"rara avis"- un "Gentil", el italiano Enrico Fermi, cuyas ideas comunistoides nunca fueron un secreto para nadie.

La Financiación del "Proyecto Mannhattan" -nombre clave que fue dado a la producción de la bomba atómica- corrió a cargo, exclusivamente, de judíos. Lewis Strauss, uno de los managers de la fabulosa banca "Kuhn, Loeb, & Co." y antiguo consejero financiero de otro atomista hebreo, David Lilienthal, aseguraba la coordinación entre científicos y banqueros judíos.

En 1942 todavía llevaban los alemanes una gran ventaja en el campo de la investigación nuclear. Pero los sabotajes sufridos en la planta atómica de Peenemunde, así como los bombardeos de la R.A.F. hicieron demorar la producción de la bomba. Cuando la guerra terminó, el 9 de Mayo de 1945, Alemania poseía el secreto de la bomba atómica, mientras que los sabios que trabajaban en el proyecto Mannhattan aún no habían llegado a encontrar el sistema del detonador. Fue, precisamente, la incautación de los secretos (N.d.E.: y de materiales, includo Uranio 235), atómicos alemanes lo que permitió a los yankees ultimar la construcción de su primera bomba "A", que seria arrojada en Hiroshima. (27)

De haber dispuesto, asimismo, de unos meses más, la Luftwaffe hubiera podido contar con nuevos carburantes sintéticos cuya puesta a punto había pasado ya del plano experimental.

Si Italia, y después, la mayoría de sus Aliados, no la hubieran abandonado en pleno combate, no cabe duda de que Alemania hubiera dispuesto de esos preciosos tres o cuatro meses que separaron su triunfo de su derrota. Tres o cuatro meses que significaron el triunfo de las llamadas "Democracias" y, paralelamente, quiérase o no admitir, la derrota de Europa.
-TRAICIONADO POR TODOS-

En las trágicas circunstancias en que se debate el Reich, la traición disfrazada de "realismo", de "objetividad", y, sobre todo de "patriotismo", empieza a hacer su aparición en escena. Primero, tímidamente; después, sin recato alguno. Los antiguos aliados del Reich creen que se salvarán comprando el perdón democrático-soviético con la deserción e, incluso, con el ataque a Alemania.

Rumania fue la primera en abandonar a Hitler, El Conducator Antonescu, partidario de la lucha a ultranza contra el comunismo, fue apresado por orden del Rey Miguel. El día 23 de Agosto, Bucarest pedía la paz por separado a la Unión Soviética, y, dos días más tarde, tomaba las armas contra la Wehrmacht. 350.000 soldados rumanos, acuartelados en la metrópoli, fueron lanzados contra la espalda del Octavo Ejército Alemán que, al este del Dniester, intentaba impedir el desbordamiento de las hordas rojas precisamente sobre Rumania. Batiéndose entre dos fuegos, el Octavo Ejército consiguió abrirse camino hacia los Cárpatos, mientras cinco divisiones que habían debido abandonar Besarabia cuando ocurrió la defección rumana intentaban llegar a Bulgaria.

Pero, exactamente quince días después de la traición del monarca rumano Miguel de Hohenzollern que sería destronado por sus nuevos aliados soviéticos, ocurrió la defección búlgara. Bulgaria declaró la guerra al Reich y se preparó a mandar a su ejército a las reducidas guarniciones alemanas que aún se oponían a los británicos en el Egeo y Grecia. El caso de Bulgaria es de una insólita bufonería, sin dejar, por ello, de ser trágico. He aquí, someramente, la exposición de los cinco actos de la tragicomedia búlgara:

1) Bulgaria, políticamente aliada del Reich, aunque militarmente neutral, participa con sus tropas en la ocupación de Macedonia, Tracia Meridional y Dobrudja. En 1941, sin duda para hacer valer su condición de miembro del Eje, declara la guerra a la lejana Inglaterra, pero se niega hacer lo propio con la más cercana Unión Soviética. Sólo la presión de Von Papen, embajador de Alemania, logrará que se manden simbólicamente, algunas unidades de combate, en calidad de "voluntarios", al frente ruso.

2) Al darse cuenta de que Alemania, sola frente a una coalición mundial, tiene escasas probabilidades de vencer, Bulgaria declara la guerra al Reich sin molestarse en buscar una excusa. Al mismo tiempo, pide a Inglaterra la suspensión de hostilidades. Unas hostilidades platónicas, que nunca han llegado a concretarse realmente.

3) Stalin, que ve esfumarse la posibilidad de "liberar" a Bulgaria (oficialmente, "enemiga" de Inglaterra , la "aliada" del Kremlin), declara la guerra a los reaccionarios de Sofía.

4) Los reaccionarios de Sofía, aterrados ante la perspectiva de ser "liberados" por los ejércitos soviéticos, deciden que es preferible ser liberados por los occidentales, razón por la cual anulan sus negociaciones de "paz" con Inglaterra -que se ha tomado el asunto con evidente flema- y declaran la guerra a los Estados Unidos.

5) Los hábiles -los "patrióticos"- políticos del Consejo de Regencia búlgaro han conseguido estar, simultáneamente, en estado de guerra con Alemania, la Unión Soviética, la Gran Bretaña y... por vía, de consecuencia, con el resto de Naciones Unidas y Commonwealth. Naturalmente, quien pagará la factura de tanto maquiavelismo de vía estrecha es el pueblo búlgaro. Sofía será sucesivamente bombardeada por la Luftwaffe de Hermann Goering y por los "Liberators" de Dwigt David Eisenhower. Los soviéticos atravesarán la frontera rumano-búlgara y los hábiles serán ejecutados por "traidores al pueblo".

Tras este quinto acto cayó el Telón. Un Telón Rojo. Un comediógrafo podría basar en estos hechos históricos una obra titulada "Los dividendos de la traición".

Tras Bulgaria y Rumania seguirá Finlandia. El caso finlandés, empero, es muy diferente. Helsinki comunica a Berlín que no puede continuar la guerra si no recibe refuerzos urgentemente. Estos refuerzos no pueden ser enviados y Mannerheim debe aceptar los términos del armisticio propuesto por los rusos. Las conversaciones entre fineses y soviéticos tuvieron lugar en el domicilio del prominente financiero judío sueco Marcus Wallenberg, que fue quien facilitó los primeros contactos entre Moscú y Helsinki. (28)

En Hungría el Almirante Horthy pide la paz a los soviéticos, que se acercan rápidamente, sobre todo después de la defección rumana. Pero los miembros del Movimiento Hungarista dan un golpe de estado y destituyen a Horthy. Ferenc Szalasi toma el poder y, con sus partidarios, luchará al lado de Alemania hasta el final. Aproximadamente un tercio del Ejército Húngaro se entrega a los soviéticos. (29) Pero las tropas alemanas de Von Schoerner logran estabilizar la situación en los Cárpatos, donde los soviéticos de Tolbujin reciben un durísimo golpe y son frenados en su avance.

La Wehrmacht, que está abandonando los últimos territorios conquistados en Rusia, no cesa de recibir golpes por la espalda. El 29 de Julio de 1944 ocurre el alzamiento general de Varsovia. El llamado ejército secreto polaco, con sus veinte mil hombres, se echa abiertamente a la calle, apoyado por más de doscientos mil civiles. El General Bor-Komorowski, líder de los sublevados, ha recibido la promesa formal de apoyo de las tropas soviéticas, que están a las puertas de la capital. (30) Pero los polacos se equivocan, una vez más.

Se equivocan ahora como se equivocaron en 1939, cuando creyeron que franceses e ingleses irían a la guerra por defender Dantzig. La aviación Roja cesa, súbitamente, sus actividades, y permite a la Luftwaffe que machaque a los guerrilleros de Varsovia. Estos, tras sesenta y siete días de heroica resistencia, capitularán. Los alemanes incendian el ghetto de la capital, que había sido uno de los principales núcleos de la resistencia. Numerosos jefes polacos que, de acuerdo con las leyes de la guerra podrían haber sido ejecutados, son indultados... Pero muy poco tiempo conservarán la vida. Cuando los soviéticos llegan a Varsovia -dos días después de haber capitulado el Ejército Secreto Polaco, fundamentalmente anticomunista-, reanudan los rojos su interrumpida ofensiva -esos polacos, "patriotas de la vieja escuela", serán ejecutados o enviados a Siberia.

Por todas partes la Wehrmacht debe enfrentarse a enemigos que actúan en la clandestinidad. Los diversos partidos comunistas "nacionales" colaboran eficacísimamente en esta forma de combate particularmente desleal. Al revés que en 1943, las acciones de los guerrilleros revisten ahora una auténtica importancia militar, sobre todo en el Este, los Balcanes e Italia. Los comunistas dominan la mayor parte de los grupos de partisanos. Aparte de la finalidad militar, éstos persiguen un objetivo político: preparar el camino al Bolchevismo, o, al menos, a regímenes puente. En consecuencia, las ejecuciones de elementos calificados de "nacionalistas" o "derechistas" se multiplican. Philippe Henriot, Ministro de Propaganda de Vichy (31) es sacado de su cama a altas horas de la noche y ejecutado ante su esposa e hijos. Dentro de los mismos rangos de la resistencia, tanto en Francia como en Italia y Yugoslavia, elementos no-comunistas y con mayor razón anticomunistas, son ejecutados, bajo fantásticas acusaciones de traición o connivencia con los alemanes.

En Yugoslavia, sobre todo, la situación es confusa hasta lo indecible. Los alemanes de Von Weichs, ayudados por los ustachis croatas luchan contra los partisanos comunistas de Josip Broz (a) Tito, los "trotskystas" de Vidmar y Bebler y los guerrilleros monárquicos y nacionalistas del General Draza Mihailovicht. A su vez, Mihailovicht lucha contra Tito, y éste contra los "desviacionistas" Bebler y Vidmar y contra Mihailovicht.

En medio de aquel indecible caos, se mueven, también, italianos fascistas y comunistas. Cuando, a finales de 1944, Von Weichs, con autorización del Führer, propone a los Aliados abandonar Yugoslavia con la condición de que los resortes del mando queden en las manos del General Mihailovich, estos se niegan (32). En Londres no quieren una restauración monárquica en Belgrado y, gracias a Londres y Washington, Tito llegará al poder.

El sabotaje y la traición se manifiestan activamente también, en Alemania. El 20 de Julio de 1944, el Coronel Conde Von Stauffenberg colocó una bomba debajo del escritorio de Hitler en el Cuartel General de éste. La bomba mató a tres personas (dos generales y el taquígrafo de Hitler), pero el Führer resultó únicamente con heridas en un brazo. Stauffenberg al oír el estallido y ver saltar en pedazos la sala de conferencias, telefoneó al Almirante Canaris para que éste pusiera en movimiento el mecanismo de la "Operación Walkiria". El General Fromm, que mandaba el Ejército del Interior, debía arrestar y ejecutar sumarísimamente a Goebbels, Goering, Ribbentrop, Fritzsche y Bormann y desarmar a una unidad de las SS acuartelada en Berlín. Las tropas del comandante Remer debían sitiar los Ministerios. El Mariscal Von Witzleben, se autonombró Jefe Supremo de la Wehrmacht y comenzó a dar órdenes de alto el fuego en todos los frentes, preludio de la capitulación, pero no tardó en ser detenido y fusilado.

Goebbels, con gran presencia de ánimo. toma la iniciativa, llama a su despacho a Remer y, delante de él habla por teléfono con Hitler, al que los conjurados suponen muerto; Goebbels entrega el auricular a Remer, que escucha la voz inconfundible, palidece y sale corriendo a ordenar a sus hombres que depongan las armas.

El General Fromm, viendo que el Ejército, las SA, las SS y, en general, todo el pueblo berlinés, empieza a dar señales de adhesión a Hitler, trata de salvarse apelando a un medio indigno. Llama a Von Stauffenberg y a Olbricht y los manda fusilar. Pero la Gestapo descubre el papel jugado por Fromm y le arresta. Ludwig Beck, que debía suceder a Hitler como Canciller del Reich y pedir la paz a los Aliados, trata de suicidarse, pero ni siquiera este último acto desesperado le sale bien; sólo se causa una leve herida, pero uno de sus subordinados le remata de un tiro en la sien. El General Von Treschkow, otro viejo aristócrata complicado en el complot y previsto como futuro Ministro del Interior, fue igualmente detenido y ejecutado. El General Lindemann; otro cómplice, se suicidó cuando iba a ser detenido.

La Gestapo descubrió que Canaris era un traidor y, tras unos cuantos meses de cárcel, este viejo agente del "Intelligence Service" fue ejecutado. La conspiración había extendido sus tentáculos hasta París. El General Von Stuelpnagel. comandante de la guarnición alemana en Francia detuvo a los principales jefes de la Gestapo y de las SS establecidos en París, pero debió abandonar el plan iniciado, al llegar noticias de Berlín y de la represión organizada por la Gestapo en Alemania. Von Stuelpnagel fue detenido y fusilado. En suma tomaron parte en la conspiración 135 miembros del Estado Mayor Central de la Wehrmacht. El mismo Rommel estaba más o menos complicado en ella; para evitarle comparecer ante un Tribunal de Honor que habría, ciertamente, demostrado su participación en el "putsch", se ofreció al viejo Zorro del Desierto la alternativa del suicidio, que fue aceptada. Exceptuando al habilisimo Schacht, todos los que directa o indirectamente participaron en el atentado y la posterior tentativa de cuartelazo fueron detenidos, y la mayoría ejecutados.

A pesar de la rápida liquidación de esta amenaza interior, el efecto que el fracasado "putsch" hizo sobre el pueblo alemán fue necesariamente, deplorable.
-EL ULTIMO ATAQUE DE LA WEHRMACHT-

En Agosto de 1944 tropas francesas "libres" desembarcaban en Córcega, prácticamente desguarnecida, y la ocupaban rápidamente. Unos días después, ocurría el desembarco en Provenza. El 20 de Agosto era ocupada Toulon y el General De Gaulle desembarcaba en Francia, procedente de Argel. Tres días después, las tropas angloamericanas ocupaban París. (Batiendo todos los récords de la mistificación histórica se ha pretendido que París fue liberada por las tropas de Leclerc y los "maquis" de las Fuerzas Francesas del Interior. En realidad, guste o no a los melómanos gaullistas, París fue liberada por los norteamericanos. (N. del A.)

A finales de Agosto, los Aliados cruzaban la frontera belga. El 3 de Septiembre era reconquistado Bruselas; el día 5, Amberes; el 9, Le Havre (Le Havre había preparado un recibimiento grandioso a sus libertadores americanos. Los alemanes habían abandonado la ciudad y el puerto dos días antes. Insólitamente, el puerto fue completamente destruido por un bombardeo norteamericano, y en la postguerra reconstruido por una empresa americana. (N. del A).

La Wehrmacht se replegaba hacia Alemania y Holanda. En Septiembre, los paracaidistas ingleses fueron aniquilados en Arnhem ( Holanda) y los americanos y los franceses de Leclerc fueron detenidos con grandes pérdidas en los Vosgos.

El 16 de Diciembre de 1944 el Ejército Alemán dio su último gran golpe en las Ardenas. El frente angloamericano fue materialmente triturado en una profundidad de ciento diez kilómetros. El ataque hubiera tenido un éxito completo de no haberse debido detener los tanques alemanes por falta de combustible. Treinta y ocho divisiones anglosajonas estuvieron a punto de ser cercadas, y el sector de Bastogne los americanos presa del pánico, tuvieron pérdidas terribles.

Por falta de combustible debió, igualmente, desecharse la idea de un ataque en los Vosgos. Y como, al mismo tiempo Stalin preparaba el asalto a Europa, varias unidades selectas debieron ser nuevamente sacadas del frente Occidental y transportadas a toda prisa al Oriental. La última esperanza de victoria habiase esfumado para Alemania.
-DE GAULLE EN MOSCU. ALIANZA CON STALIN-

A finales de Noviembre (1944) el General De Gaulle, Presidente del Gobierno Provisional de la República Francesa, se trasladó a Moscú para entrevistarse con Stalin. El día 10 de Diciembre, los dos estadistas firmaron un Pacto de Amistad Franco-Soviético, valedero por diez años. Dicho pacto, en realidad, prorrogaba el anterior, firmado por Laval y Livitnoff en 1935.

Stalin convence a De Gaulle de la necesidad de ser realista con relación a Polonia. El Zar Rojo pretende vender su pacto contra la aprobación pública, por parte de Francia, de la política soviética en Polonia, tendente a instalar el "Comité de Lublin" (comunista) y a ignorar al "Gobierno Legal", instalado en Londres. (33)

El acuerdo entre franceses y soviéticos fue instantáneo y De Gaulle recibió, oficialmente en la Embajada de Francia, a los principales miembros del Comité de Lublin: el Presidente Bierut, el Ministro de Asuntos Exteriores, Usubska-Morawski, y el Ministro de la Guerra, Rola--Zymierski. De- Gaulle hace más: envía un delegado cerca del Comité de Lublin y recibe en París, a un representante, -un embajador ó de ese comité. Esto equivale a un reconocimiento oficial del Gobierno procomunista polaco y, simultáneamente, representa un bofetón diplomático para el Gobierno Polaco en Londres, Para Westminster y para la Casa Blanca. Stalin no dejará de subrayar el gesto "realista" de De Gaulle. También puede, sin duda, aplicarse el adjetivo de realista a la aprobación sin reservas dada por De Gaulle a la pretensión staliniana de llevar la frontera germanopolaca hasta la Línea Oder-Neisse.

La opinión pública, la "Conciencia Universal", la "Humanidad Democrática", etc., están de acuerdo en que Roosevelt, el hombre de Pearl Harbour y de Yalta, fue un estadista ejemplar. Pero no cabe duda alguna de que De Gaulle fue su precursor en el camino de la capitulación oficializado en Yalta.
-LOS SOVIETICOS IRRUMPEN EN ALEMANIA-

Tras ocupar los Países Bálticos, tropas soviéticas, mandadas por el Mariscal Charnonski, penetraron en Prusia Oriental. El director de la "Pravda", llya Ehrenbourg (judío), escribe, en un memorable editorial, esta enormidad:

"¡Soldados del Ejército Rojo Arrancad por la violencia el orgullo racial de las mujeres alemanas!... ¡Violad, destruid, matad " . (34)

Los soldados del Ejército Rojo cumplirán la orden del viejo revolucionario de la "Pravda". A los soldados americanos se les da una consigna similar: "Destruidlo todo... Hombres, casas y ganado". Se trata de un consejo de un correligionario de Ehrenbourg; de un banquero multimillonario, de un auténtico "capitalista" Henry Morgenthau.

El 22 de Octubre, los rusos ocupan Goldap y Nemmersdorff, pero las tropas del General Hossbach detienen el avance rojo, pasan al contraataque y, el 4 de Noviembre recobran Goldap. El día siguiente, reconquistan Nemmersdorff. Un cuadro horroroso se despliega ante sus ojos. En Nemmersdorff, mujeres clavadas en las puertas de sus casas; muy pocas sobrevivirán a esa crucifixión. Todas las mujeres, entre doce y setenta años han sido violadas docenas de veces por mongoles, tártaros, kirghizes y demás salvajes que integran esas avanzadas del glorioso Ejército Rojo. Ancianos castrados o con los ojos reventados. Un grupo de prisioneros franceses que se había quedado deliberadamente en la ciudad, para recibir a sus libertadores soviéticos, ha sido ametrallado; los heridos, rematados a golpes de pala. La propaganda de Goebbels es un pálido reflejo de la realidad. El monstruo rojo resulta sor más inhumano e innoble de lo que la "PropagandaStaffel" ha venido proclamando año tras año.

En Metgethen, cerca de Koenigsberg, reconquistada por la Wehrmacht el 19 de Febrero (1945) pueden verse centenares de cadáveres de mujeres ultrajadas colgando de los árboles de la calle principal, con el vientre abierto a bayonetazos; bebés con las cabezas aplastadas. Los cadáveres de los rojos muertos en el curso del contraataque alemán están recubiertos de cuatro o cinco trajes arrebatados a civiles; todos son portadores de botín: relojes, joyas, anillos. Los prisioneros de guerra, serbios, franceses y rusos, acompañan a la Wehrmacht en su retirada, sin necesidad de vigilancia: prefieren permanecer con sus carceleros que esperar a sus libertadores...

Un infierno inenarrable se abate sobre Europa y no solamente sobre Alemania. Un sin fin de historiadores neutrales y aún aliadófilos atestiguan, asombrados, el salvajismo del noble aliado soviético. No se trata solamente de bestialidades cometidas por tropas asiáticas semi-salvajes. Está probado que los abusos contra la población civil son deliberadamente fomentados por el Alto Mando Soviético: la famosa proclama de Ehrenburg no es un caso aislado, sino un prototipo. A los soldados soviéticos se les da vodka en grandes cantidades antes de proceder a la ocupación de una ciudad.

Escuchemos al americano Francis Sampson, prisionero de guerra en el campo de Neubrandenburg:

"A media noche llegan los rusos. Dan la impresión de una tribu de salvajes: disparan en todos los sentidos, con sus fusiles, aunque nadie les arnenace. La mayor parte son asiáticos. Antes de una hora Neubrandenburg es un mar de llamas, permanecemos en el campo, pues no osamos encontrarnos con nuestros libertadores." (35)

Caravanas de aterrorizados civiles emprenden la marcha hacia Occidente, abandonándolo todo. Decenas de millares de prisioneros ingleses, americanos y rusos, trabajadores forzosos o voluntarios de toda Europa, huyen de la marca roja que se desborda. Hitler retira sus últimos efectivos de los Balcanes y una parte de los que quedan en Italia, donde Kesselring tiene orden de retirarse hasta los Alpes y organizar allí una zona fortificada.

Apenas quedan tropas en el frente occidental; todas son enviadas al Este. Se movilizan todos los hombres, desde los dieciséis hasta los sesenta y dos años. Los occidentales pueden ocupar la mayor parte de Alemania, amén de toda Austria, Bohemia, Eslovaquia y Yugoslavia, si quieren. Pero, insólitamente, se clavan en el terreno. El General Patton, que avanzaba resueltamente hacia Praga, recibe la orden de detenerse y dar marcha atrás. Hay que permitir a los soviéticos ocupar ellos mismos la parte que les corresponde según el reparto de Europa, acordado en Yalta. (36)
-EL CRIMEN DE DRESDE-

La retirada de la población civil del Este de Europa ante la llegada de los rojos ofreció a los Aliados occidentales un nuevo recurso para lograr que sus bombardeos terroristas fueran, aún, más mortíferos. Como las autoridades alemanas alojaban a mujeres, ancianos y niños en las ciudades del centro del país, la R. A. F. y la Aviación Norteamericana empezaron a atacar esas ciudades, atestadas de refugiados. Las víctimas de tales ataques aumentaron considerablemente de número. En un solo bombardeo nocturno contra Berlín perecieron carbonizados 25.000 civiles. En Leipzig, 15.000. En Hamburgo, 18.000 . Pero todos los récords fueron batidos el 13 de Febrero (1945) con el bombardeo de Dresde, que significó el mayor ataque contra una indefensa masa de civiles.

La ciudad, situada a unos 120 kilómetros del frente del Este, albergaba a una masa de 800.000 refugiados que huían ante el avance de Zhukov. Dresde en una ciudad abierta, es decir, no albergaba tropas, ni poseía fábricas de guerra, ni objetivos militares de ninguna clase. No poseía siquiera, artillería antiaérea, pues había sido retirada y llevada al frente del Oder para ser utilizada como antitanque. Sobre la masa de aterrorizados refugiados se abalanzaron 900 aviones de bombardeo ingleses, arrojando 400.000 bombas incendiarias. Tres horas después, una segunda oleada de 1.200 tetramotores ingleses lanzó 200.000 bombas incendiarias y 5.000 explosivas. Antes del alba, se produjo un tercer ataque con 150.000 bombas incendiarias y bidones de fósforo, para activar la horrorosa pira.

F. J. P. Veale, escritor inglés, cuenta que "tras los bombardeos, aparatos de caza británicos descendieron en vuelos rasantes y ametrallaron a los refugiados que trataban de escapar a través del "Gross Park" ... ametrallaron incluso a las fieras del Parque Zoológico que, frenéticas por el ruido y la luz cegadora de las explosiones, se escaparon..."

Este auténtico crimen de guerra, cometido contra una población indefensa, sin ningún objetivo militar, reservada exclusivamente para albergue de refugiados -el Comando Alemán de la zona había dado orden de que las caravanas de tropa siguieran por fuera de la ciudad, bordeándola- ha quedado, naturalmente, impune. Y ha sido, precisamente, en Inglaterra, donde más libros se han escrito, tratando del crimen de Dresde, no hallándole otra justificación que el deseo del Gobierno Inglés de ponerse a la altura -o sobrepasar- las brutalidades de los soviéticos.(37)

No ha sido posible establecer, con alguna aproximación, el total de víctimas causadas por los tres bombardeos de la ciudad. Pero ningún autor baja de la cifra de 250.000 muertos, es decir, más que Hiroshima y Nagasaki juntas. Nunca fue nadie inculpado por esta odiosa bestialidad. Ningún poder temporal, ningún poder espiritual, NINGUNA IGLESIA, CRISTIANA O NO, condenó este hecho. El Cardenal yankee Cushing -la única persona de los Estados Unidos que ignoraba (preferimos suponerlo así) que la "católica familia Kennedy" era un "gang" de contrabandistas de alcohol- guardó atronador silencio. Bastante había alborotado ya en la preguerra, cada vez que un puntapié alemán se perdía en las posaderas de un rabino.

En 1965, a la muerte del hombre directamente responsable de este crimen gratuito, el H. S. M.. Winston Churchill, por el que las sedicentes altas autoridades religiosas oraron píamente (38) una polémica se desató en Occidente para determinar qué clase de obra monumental debía dedicarse al fenecido Grande; parece ser que las altas autoridades políticas y religiosas aún no han logrado resolver tan grave cuestión... Desde estas modestas páginas nos permitimos brindarles una idea: el monumento a Churchill ya existe: Lo constituye las ruinas de Dresde, que los soviéticos han mantenido en el mismo estado como testimonio imperecedero de la barbarie democrática.
-MUERTE DE ROOSEVELT.TRUMAN, NUEVO PRESIDENTE-

El día 12 de Abril (1945) falleció el Presidente Roosevelt. Automáticamente, según estaba previsto por la Constitución Norteamericana, fue nombrado Presidente el anterior vicepresidente, Harry Truman.

Poco se sabia del nuevo presidente, a parte de que era masón de alto grado, como lo había sido Roosevelt. Más tarde se sabría que su verdadero nombre completo era Harry Salomon Schippe Truman, y que tenía antecedentes judíos, aunque en menor escala que Roosevelt. de quien sería digno sucesor.
-LOS ULTIMOS ESTERTORES DE ALEMANIA-

Ciento cincuenta mil soldados, cercados en Prusia Oriental, resistieron durante ciento tres días a más de ochocientos mil soldados soviéticos. Parte de la población civil pudo ser evacuada por mar. Más de un millón de refugiados lograron salvarse, pero muchos miles perecieron ahogados. Los submarinos soviéticos se aprovecharon del blanco fácil y desprotegido que ofrecían los transportes. El "Wilhelm Gustloff", el "Goya" , el "General Steuben" y muchos otros buques que viajaban con las insignias de la Cruz Roja fueron destruidos.

Los Aliados Occidentales, por su parte, colaboraron en estas acciones de la Flota Roja, sembrando de minas el Báltico para que los fugitivos del Este no pudieran escapar a su espantoso destino.

El 25 de Abril americanos y rusos establecieron contacto junto al río Elba. El mismo día se iniciaba la Conferencia de San Francisco y se promulgaba la Carta de las Naciones Unidas. Participaban todos los países aliados en la lucha contra Alemania, es decir: Australia, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Checoslovaquia, República Dominicana, El Salvador, Etiopía, Grecia, Guatemala, Haití, Honduras, India, Irán, Irak, Liberia, Luxemburgo, México, Países Bajos, Nueva Zelanda, Nicaragua, Noruega, Panamá, Filipinas, Polonia, Unión Sudafricana, URSS, Gran Bretaña, Estados Unidos, Yugoslavia, Chile, Ecuador, Egipto, Francia, Islandia, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. (39)

Entre tanto, las tropas de Zhukov han llegado a las puertas de Berlín. El Ejército de Wenck intenta romper el cerco de la capital del Reich, pero es diezmado. El 22 de Abril, Hitler decide permanecer en la capital cercada y morir en ella. Ordena a Keitel y a otros jefes militares que salgan para Hamburgo. El día 25, los rusos llegan a situarse a unos centenares de metros de la Cancillería. Muchachos de 14 y 15 años de las Juventudes Hitlerianas se inmolan ante a los tanques soviéticos. Estos están terriblemente exhaustos, pero continúan luchando empujados por el fanatismo de sus comisarios políticos.

El 29 de Abril, Hitler dicta su Testamento político. En él comunica la decisión de casarse con "la mujer que, después de muchos años de amistad, vino a esta ciudad sitiada, por su propia voluntad y para compartir mi muerte." Designa ejecutor testamentario a Martín Bormann, y termina anunciando su decisión de poner fin a su vida.

El 30 de Abril de 1945, Adolfo Hitler se suicidó, en compañía de su esposa, Eva Braun. Por expreso deseo suyo, manifestado en su testamento, su cuerpo fue incinerado.

Hitler nombró sucesor suyo al Almirante Doenitz, que se encontraba en Hamburgo. Este intentó lograr una paz por separado con los occidentales, sin conseguirlo.

Himmler, por mediación del sueco Conde Bernadotte, alto dignatario de la Cruz Roja Internacional, intentó lo mismo, con idéntico resultado negativo: los anglosajones respondieron que la rendición debía ser incondicional y en todos los frentes a la vez.

El General Jodl, por su parte trató de que Eisenhower aceptara un armisticio en su sector, mientras las tropas alemanas del frente del Este continuarían resistiendo a los bolcheviques: la respuesta de Eisenhower fue que mientras todas las fuerzas alemanas de todos los sectores no depusieran las armas, los Aliados continuarían las hostilidades. Jodl intentó, entonces, concluir un acuerdo con Montgomery, en el sentido de que éste aceptara, en su sector, la rendición de las fuerzas alemanas que se oponían, pero, además, aceptara también la rendición de diversas unidades del frente del Este, que tratarían de cruzar Alemania para rendirse a los ingleses, y no a los soviéticos.

El Almirante Friedeburg, que se encargó de esa misión por encargo de Jodl y Doenitz, recibió de Montgomery que, dicen, es un ferviente anglicano, la siguiente respuesta:

"RENDICION INCONDICIONAL O EXTERMINIO EN MASA. DE LO CONTRARIO, CADA TREINTA MINUTOS LOS BOMBARDEROS INGLESES CONVERTIRAN A UNA CIUDAD ALEMANA EN UN MONTON DE CENIZAS, DE MODO QUE NINGUN NIÑO ALEMAN QUEDARA CON VIDA."

Tampoco Montgomery fue declarado "criminal de guerra" por ninguna autoridad temporal ni religiosa. Evidentemente, los criminales sólo pueden serlo los vencidos, una vez convenientemente amordazados.

La rendición incondicional que la Alemania vencedora no impuso a Francia ni a nadie, se firmó en el Cuartel General Aliado en Reims, el 7 de Mayo de 1945.

Los Generales Keitel y Jodl saludaron militarmente, firmaron el acta de rendición y expresaron la esperanza de que "los vencedores traten generosamente al pueblo alemán." Nadie respondió al saludo ni a las palabras de los Generales alemanes.

La guerra había terminado. Los cañones callaron. Pronto empezarían a hablar los fusiles de los pelotones de ejecución.
-LA PERSONALIDAD DE HITLER-

Mucho se ha escrito sobre la personalidad de Hitler, después de su muerte.

No han faltado los "estudios psicológicos" con pretensiones científicas.

Ahora resulta que, según los psiquiatras dedicados a la Literatura y a la Historia Contemporánea, Hitler fue un loco sangriento. ¡Un loco!...

Pero, ¡por Dios!, para dominar a un loco basta con dos guardianes forzudos.

Para reducir a un loco no hace falta organizar la mayor coalición mundial que el mundo ha visto. (40)

No parece muy razonable creer que pueda llegarse a las alturas que alcanzó Hitler, siendo un paranoico. No se salta del anonimato a Canciller del mayor país de Europa en unos años, sin el respaldo de una fabulosa fortuna y sin otra influencia que el peso de su propia personalidad, siendo un loco criminal que dirige una asociación de malhechores, tal versión sólo puede ser apta para el cerebro subdesarrollado del pitecántropo demo-marxista. A base de miles de millones y de lavado cerebral publicitario puede, en Democracia, fabricarse un estadista, pero no puede hacerlo un movimiento anti-marxista que no sólo no cuenta con el apoyo de la Alta Finanza, sino que se enfrenta a la misma. (41)

¿Un loco? Sea. Pero un loco que en menos de tres años dio trabajo a seis millones y medio de parados que le había dejado en herencia la democrática República de Weimar, y aún pudo dar empleo a dos millones de obreros extranjeros, procedentes de países democráticos -Francia, Polonia, Checoslovaquia, Lituania, la Austria de Dollfuss-, que debían ir a ganarse el pan al "Infierno" Nazi. (42)

¿Un loco?... Bien pero un loco que fue el mayor conquistador de la Historia. ¿Donde está Napoleón, el Aníbal, el César, el Alejandro que haya hecho algo parecido?

Hitler conquistó Polonia en quince días, Dinamarca en siete horas, Noruega en un par de semanas, Holanda en cinco días, Bélgica en una semana y media, una Francia xenófoba y orgullosa, armada hasta los dientes detrás de su pacífica Línea Maginot, en tres semanas; la Isla de Creta sin utilizar una chalupa; Grecia y Yugoslavia en una campaña relámpago que costó menos sangre que uno solo de los innumerables bombardeos terroristas de la R.A.F.

La Wehrmacht se paseó victoriosa desde el Cabo Norte hasta las puertas de Alejandría y desde el Atlántico hasta el Volga, el Mar Caspio y las montañas del Cáucaso. Y cuando, frente a la mayor coalición de que habla la Historia, luchando en proporción adversa de uno contra diez o más, mientras sus débiles aliados le traicionaban o le abandonaban uno tras otro, debió iniciar el repliegue, no fue una retirada caótica, no fue un nuevo Beresina; allí donde Napoleón se hundió sin remisión, Hitler, dirigiendo personalmente las operaciones se mantuvo en pie, asestando golpes terribles y causando a su adversario veinte millones de bajas. (43)

¿Un loco? ... Sí; un loco que señaló antes que nadie el peligro comunista a escala mundial, hoy reconocido por todos, incluso por quienes pretenden que no existe... y como prueba de ese reconocimiento ahí tenemos a la NATO. Un loco que puso los cimientos de un Nuevo Orden Europeo cuando los satisfechos burgueses de nuestro actual "Mercado Común" seguían aferrados a las periclitadas ideas de la Revolución Francesa. Un loco que instauró la legislación social más avanzada del mundo, sin necesidad de robar a los patrones; un loco que redujo al mínimo la delincuencia y las lacras sociales de su patria.(44)

Un loco homicida... Sí; eso decía Churchill, el humanitario promotor del terrorismo aéreo sobre Europa. Pero un loco homicida que ofreció nueve veces una paz-empate cuando era vencedor absoluto, desde 1940 hasta 1942; un loco homicida que con garantía de su voluntad de paz con Occidente envió a Inglaterra a su lugarteniente Hess. (45)

Un loco que afirmaba que tanto el Liberalismo como todos sus sucedáneos el Marxismo y el Bolchevismo, son todos de origen judío. Algo, al fin y al cabo, autentificado por la confesión de parte de eminentes judíos. Un loco que venció ideológicamente, a todos sus cuerdos adversarios.

Desde 1945 hasta hoy, por la Televisión, la Radio, el Cine, la Prensa, de todas las tendencias, se denigra sistemáticamente, todo lo alemán. Todo son criticas contra el Nazismo, las SS, las SA, las Juventudes Hitlerianas, los "Campos de exterminio", etc.

¿Por qué esa obsesión?

Tal vez porque Hitler ganó ideológicamente la guerra. como lo prueba el hecho de que todas sus ideas y planes están siendo llevados a la práctica. La estupidez de sus enemigos les hizo creer que puede fusionarse a una doctrina, que puede colgarse a una idea, en un Nuremberg del espíritu. Y no saben más que remedar e imitar mal -y con otros nombres- al Nacional-Socialismo.

Y ahora... hablan del peligro comunista.

... del peligro amarillo y el crecimiento demográfico de los pueblos de color.

... del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos (derecho que las sedicentes Democracias no quisieron aplicar en Dantzig, y luego han debido aplicar en sus inmensos Imperios Coloniales, en contra suya).

... de la necesidad de la asociación Capital-Trabajo, como único dique contra el Comunismo.

... de la primacía del Estado sobre los pequeños egoísmos particulares, de una Europa Unida

... de un Mercado Común Europeo.

... y, en Tel-Aviv, el flamante Estado de Israel, implanta unas leyes radicales que son una religión, corregida, ampliada y aumentada de las Leyes de Nuremberg, sin que ningún premio Nobel, ningún Jean Paul Sartre, ningún arzobispo protestante o católico encuentre oportuno rasgarse las vestiduras.

Sí. Hitler ganó ideológicamente, la guerra, de la misma manera que Napoleón; pese a que en Waterloo los mil cañones del Gran Corso fueron vencidos por los cinco mil de sus adversarios, incapaces de combatir una idea con otra idea mejor.

Hitler expuso en "Mein Kampf" los puntos esenciales del Nacional-Socialismo:

Creencia en el principio aristocrático de la Naturaleza; en el valor del individuo, de la nacionalidad y de la Raza Aria. Superación de la lucha de clases, gracias a la creación de una colectividad nacional. Socialismo no marxista y Nacionalismo sin xenofobia,

En el plano de las realizaciones concretas: Liberación de las cadenas impuestas al pueblo alemán en Versalles... Igualdad de derechos para Alemania en el terreno político y militar con relación con las otras potencias... Creación de una clase media sana, previsión para la vejez, facilidades para la accesión al estudio de todos los jóvenes que demostraran capacidad para ello, independientemente de la clase social de los padres, protección para la Madre y los niños, lucha sin piedad contra la Criminalidad y la Vagancia. Una Economía al servicio del Pueblo Alemán y no del Montecarlo bursátil. Reforma agraria. Eliminación de los judíos de la dirección política del Pueblo Alemán, y expulsión del territorio del Reich de todos los individuos o colectividades que no pudieran acreditar la realización de un trabajo regular y productivo para el país.

En la última página del "Mein Kampf" puede leerse:

"El Partido Nacional Socialista Obrero Alemán es partidario de un Cristianismo Positivo, aunque no se compromete políticamente, en favor de ninguna confesión particular. pero combate incondicionalmente el espíritu materialista judaico dentro de la esfera del pueblo alemán".

Tras unos principios políticos francamente liberales, Hitler llegó, a base de estudio, reflexión y experiencia, a elaborar una doctrina nueva y vigorosa, basada en la Raza, la Jerarquía, la Disciplina y la Tierra.

Desde 1920 hasta su fin, en 1945, en medio de las ruinas de la Cancillería del Reich, mantuvo una misma línea política: lucha a muerte contra el Bolchevismo. Nunca quiso la guerra con Occidente, pero siempre quiso luchar contra la URSS, por necesidades vitales para Alemania, para Europa toda, y por antagonismo ideológico. Con la Rusia soviética, potencia de la mentira, usó del axioma formulado en el "Mein Kampf": "el veneno violento sólo puede ser contrarrestado por otro veneno, más violento todavía". Por ello, el pacto Ribbentropp-Molotoff fue, según feliz expresión del publicista canadiense Adrien Arcand, "el cloroformo del cirujano antes de la operación".

Y cuando el 7 de mayo de 1945, por orden del Almirante Doenitz, antes de la rendición incondicional, todos los cañones de la Wehrmacht quedaron apuntando a Oriente, quedó patentizada, por enésima vez, la voluntad del Nacional Socialismo de luchar contra el Marxismo, en beneficio de Alemania, evidentemente, pero de toda Europa también.
-LA DEMOCRACIA EN ACCION EN ITALIA-

El gobierno de la República Social Italiana capituló, oficialmente, el 7 de mayo de 1945. Benito Mussolini intentó alcanzar la frontera suiza, pero el Gobierno de Berna le hizo comprender que no sería admitido en territorio helvético.

No pudieron, Mussolini y su séquito, llegar a Austria, como pretendían. Capturados por un grupo de partisanos comunistas, fueron asesinados Mussolini, su pareja, Clara Petacci, el hermano de ésta, alto dignatario fascista, Marcelo Petacci, y los líderes del Partido, Alessandro Pavolini, Ettore Mutti, Roberto Farinacci, Francesco Barracu, Luigi Gatti, el capitán Cassalinuovo y el Rector de la Universidad de Bolonia, Profesor Coppola. Los cadáveres fueron mutilados y colgados boca abajo en una estación de gasolina de Dongo. Durante quince horas el populacho estuvo desfilando y escupiendo a los restos del hombre que habían vitoreado unos días atrás.

El líder del grupo de "ejecutores" -como les llamó púdicamente, la Prensa Occidental- era un tal "Coronel" Valerio Audisio, miembro del Partido Comunista y, posteriormente, diputado. Los traidores fueron glorificados y la escoria del país llevada al Parlamento. El antiguo miliciano de la guerra de España, Randolfo Pacciardi, fue nombrado Ministro de la Defensa Nacional.
-HIROSHIMA, NAGASAKI Y CAPITULACION JAPONESA-

A pesar de sus espectaculares éxitos de 1942 y 1943, que le llevaron a Nueva Guinea y Birmania, el Japón -las tres cuartas partes de cuyas fuerzas estaban entretenidas en la lucha contra el coloso chino- no pudo hacer frente a la superioridad numérica y material de sus enemigos.

A principios de 1945 el Mikado hizo tanteos de paz, a través de la URSS (46) y también de Suecia, pero Roosevelt los rechazó. El Japón debía ser aplastado y eliminado como gran potencia. Suzuki, nuevo Presidente del Consejo de Ministros, ofrece retirar todas las tropas japonesas de Birmania, China, Malasia y las islas que aún conservan en el Pacífico. Sólo pide la no ocupación de la metrópoli y que sea respetada la Familia Imperial. Pero el nuevo Presidente Truman sigue las huellas de su predecesor.

Incluso en América es " Vox populi" que Tokio quiere la paz. El día 6 de Agosto, un avión americano deja caer la primera bomba atómica sobre Hiroshima, que no posee ningún objetivo militar. Setenta mil personas perecen en el acto. El Japón pide, oficialmente, la paz. Washington prepara laboriosamente su respuesta a la petición japonesa. Muy laboriosamente, para que Stalin tenga tiempo de denunciar su tratado con Tokio, declarar la guerra a su vez y poder así participar como "beligerante" en la Conferencia de la paz. Lo hace el día 8. Veinticuatro horas después, otra bomba atómica es arrojada sobre Nagasaki. Cincuenta y cinco mil muertos.

El Imperio del Sol Naciente anuncia oficialmente, su rendición incondicional.

Los soviéticos no han llegado a disparar un solo tiro contra los japoneses, pero serán los únicos que obtendrán ganancias territoriales en Extremo Oriente. Los chinos, que luchan contra el Japón desde 1931 recibirán, como premio la implantación del Comunismo, posibilitada por Washington. Norteamérica que es la que, realmente ha vencido en el campo de batalla, perderá las Filipinas. Los ingleses y los holandeses, que han encajado los duros golpes iniciales del Mikado, desaparecerán como primeras potencias en Asia. Magnífico balance.


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